Soldecanarias.net / Arona
Usan a los bomberos para ‘reventar’ la puerta del mismo sin que hubiera nadie dentro
Segun publica el periodico digital, EDDC.NET
¿Caracas? ¿Bogotá? ¿El Salvador? No muchachos, Arona, municipio radicado en el Sur de Tenerife donde por lo que se ve hay sicarios de los cárteles, maras, malandros de los ranchitos, amén de todas las mafias del mundo entero, superando a la Costa del Sol y lo que es peor, todos, decimos todos, asilados, refugiados, escondidos en los clubes de fumetas, con perdón, esparcidos por Arona y Adeje, se nos olvidó este municipio, al que ahora quieren darle también ese zarpazo criminal.
Y todo metido en un Napoleón policial, ¡Hermanos maderos!, 40 siglos de fumados nos contemplan, el cual se ha puesto por montera la destrucción de todos los espacios en los que huele a porro, no importando como éste o como se ponga. Los petas son míos y aquí se hace lo que yo digo, sin que nadie me pare, sin que nadie me diga nada, aunque me cisque en todos los derechos y piense que en Madrid todavía gobierna Fernando VII, el rey que se cargó sin pestañear la Constitución, la Pepa, la de 1812.
La Inquisición ha vuelto, hermanos en Cristo y un Torquemada enano quiere quemar a todo el que se atreva a tener un club de cannabis, esa hierba que el Diablo usa para atrapar a todos los ciudadanos y ciudadanos, tanto nacionales como extranjeros en sus redes. No se entiende nada.
Esta vez se han pasado tres pueblos y deben tener la bendición de un comisario, aún dormido aquella noche de coches quemados o de un juez sin escrúpulos o desmandado en la fe del bien cristiano, para actuar de este modo. Son policías nacionales, señalados, de Seguridad Ciudadana, dedicados solo a los clubes, mientras arden los coches, los camellos en las playas, los criminales reales en otros ambientes y ellos, fanatizados, centrados en los infiernos del canuto.
Y se han pasado en el asalto a un club donde para entrar, pidieron el auxilio de los bomberos, si señores, de los bomberos, como si fuera un estado de sitio, Apocalypse Now, el horror, el horror. El fin de los tiempos. En realidad todo más sencillo y menos Max de HBO: un club que abre después de que los policías nacionales los hayan cerrado todos y como los vigilan, se dan cuenta y para evitar patas de cabra y grabaciones se apoyan en los bomberos. Alguien sabio dijo qué si no hay delitos, urgencia de evitarlos o alijos descomunales, estamos ante un abuso y de los grandes, más allá de la ley, metidos en aquellos tiempos donde la Policía Armada era reina y señora. Pero no, estamos en 2025 y hace 50 años que falleció el padre de todos éstos. Que Dios o el Gran peta nos coja confesados.


