Soldecanarias.net / Redacción Internacional
El último encuentro del G7 ha dejado al descubierto una vez más las profundas diferencias entre los líderes occidentales respecto a la guerra en Oriente Próximo. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desacreditó públicamente a su homólogo francés, Emmanuel Macron, tras las declaraciones de este último sobre una supuesta oferta de alto el fuego entre Irán e Israel.
“Macron siempre se equivoca”, dijo Trump ante los medios tras abandonar de forma anticipada la cumbre celebrada en la región italiana de Apulia. El mandatario estadounidense, visiblemente molesto, negó que exista una propuesta formal de alto el fuego, asegurando que “Francia habla sin tener todos los elementos sobre la mesa”.
❝»Queremos un final real, no un alto el fuego temporal»❞
Trump afirmó que su administración está trabajando en lo que calificó como “un verdadero final” para el conflicto, y no en soluciones parciales o meramente diplomáticas. “La región no necesita pausas, necesita una solución definitiva. Y estamos más cerca que nunca de lograrlo”, aseguró sin ofrecer detalles concretos.
La reacción del líder republicano llega en un momento de escalada militar y tensión creciente en Oriente Próximo. Estados Unidos ha reforzado su presencia en la región con el despliegue de barcos y aviones en el Mediterráneo oriental, el Golfo Pérsico y el océano Índico, lo que ha aumentado la presión sobre Teherán y sus aliados regionales.
Macron: “Hay una ventana de oportunidad para frenar la escalada”
Por su parte, Emmanuel Macron había declarado poco antes que existe “una oferta sobre la mesa para un cese de hostilidades” entre Irán e Israel, que habría sido intermediada de manera indirecta por países del Golfo. El presidente francés pidió a sus socios del G7 “actuar con unidad y responsabilidad” para evitar una conflagración mayor.
Sin embargo, las palabras del mandatario galo fueron recibidas con escepticismo por parte de Washington y también de Londres, que se alinearon con la postura más firme defendida por Trump. La canciller alemana, Annalena Baerbock, evitó posicionarse claramente, pero expresó su preocupación por la creciente división dentro del G7 sobre cómo abordar la crisis.
Un G7 marcado por la desunión
El episodio refleja una vez más la dificultad del G7 para presentar un frente común en los asuntos de política exterior. Mientras Macron defiende una estrategia de distensión basada en diplomacia y presión económica, Trump insiste en un enfoque más contundente, tanto militar como estratégico.
Fuentes cercanas al Palacio del Elíseo aseguran que Macron “lamenta el tono” utilizado por Trump, pero mantiene su posición de que “la vía política aún es posible si se actúa con rapidez y coordinación”.
Perspectivas inciertas
A medida que el conflicto entre Irán e Israel sigue desarrollándose, los intentos de mediación internacional parecen enfrentarse no solo a la complejidad regional, sino también a la fragmentación entre los propios aliados occidentales. La falta de consenso en el G7 podría debilitar la influencia global del grupo en un momento especialmente delicado.
Mientras tanto, la población civil en zonas como Líbano, Siria y Gaza continúa soportando las consecuencias de un conflicto que amenaza con desbordarse más allá de sus actuales fronteras.


