Tras dos años de vacío presidencial y tensiones regionales, el general Joseph Aoun asume el cargo, marcando un punto de inflexión en la política libanesa.
Soldecanarias.net / Adeje
Después de más de dos años de parálisis política, Líbano finalmente ha elegido un presidente. El general Joseph Aoun, líder del Ejército libanés, asumirá la presidencia tras obtener 99 votos de los 128 posibles en la segunda ronda de una sesión parlamentaria histórica. Convocada por Nabih Berri, presidente del Parlamento y figura política vinculada a Hizbulah, esta elección representa el fin de un prolongado estancamiento que mantuvo al país en un limbo político desde octubre de 2022.
El mandato de Aoun llega en un contexto marcado por el conflicto entre Hizbulah e Israel y un acuerdo de alto el fuego que facilitó la reapertura del diálogo político. Su elección no solo rompe con el bloqueo que impidió la designación de un presidente durante dos años, sino que también refuerza la posibilidad de estabilidad en un sistema político basado en la pluralidad confesional, donde el presidente debe ser cristiano, el primer ministro suní y el presidente del Parlamento chií.
Un Camino Constitucional y Políticamente Complejo
La Constitución libanesa, a través del artículo 49, establece estrictos requisitos para la postulación de militares y funcionarios gubernamentales a la presidencia, exigiendo el respaldo de dos tercios del Parlamento para sortear prohibiciones legales. En la primera ronda de votación, el general Aoun logró 71 votos, quedando por debajo de los 86 necesarios. Sin embargo, en la segunda ronda, superó ampliamente la mayoría simple requerida, consolidando su posición como el nuevo jefe de Estado.
Factores Regionales e Internacionales
La elección del general Aoun no habría sido posible sin el impulso diplomático de actores clave como Arabia Saudita y Estados Unidos, que intensificaron sus esfuerzos para garantizar un desenlace favorable. El alto el fuego entre Tel Aviv y Hizbulah, la organización político-militar chií con gran influencia en el país, también desempeñó un papel decisivo para desbloquear el proceso político.
Desafíos para el Nuevo Presidente
El mandato de Joseph Aoun se inicia en un contexto de desafíos profundos. Líbano enfrenta una crisis económica sin precedentes, con una moneda devaluada, un sistema financiero al borde del colapso y tensiones sociales que amenazan con desbordarse. Aoun deberá navegar un complejo tablero político, donde las tensiones entre Hizbulah y las fuerzas prooccidentales siguen siendo una realidad constante.
La comunidad internacional ha expresado su optimismo ante este avance, aunque también subraya la necesidad de implementar reformas estructurales para recuperar la confianza en las instituciones libanesas. Por su parte, los ciudadanos libaneses, tanto en el país como en la diáspora, ven en este cambio una oportunidad de reconstrucción y esperanza para un futuro más estable y próspero.
