Un grupo de residentes de diversas nacionalidades da nueva vida al minigolf de Ten-Bel, restaurando parques, creando una biblioteca y mejorando la comunidad a través del trabajo conjunto.
Soldecanarias.net / Arona
En el corazón de Costa del Silencio, un grupo de voluntarios ha logrado lo que muchos creían imposible: devolver la vida a espacios que durante años fueron olvidados. El minigolf de Ten-Bel, una de las primeras instalaciones turísticas de la zona, ha renacido gracias al trabajo incansable de un grupo de vecinas y vecinos de diversas nacionalidades. Este esfuerzo colectivo no solo ha restaurado el minigolf, sino que ha revitalizado un parque entero y creado un espacio cultural de acceso gratuito para todos.
La iniciativa nació hace más de un año, cuando Hannelore Ottevaere, una vecina belga, propuso a un grupo de amigos y conocidos transformar los terrenos abandonados en un lugar de encuentro para la comunidad. A lo largo de estos meses, más de 30 voluntarios han dedicado su tiempo a limpiar, restaurar y embellecer el lugar, lo que ha incluido la restauración de los hoyos del minigolf, la repoblación de jardines con plantas autóctonas y la creación de una biblioteca al aire libre.
Una de las claves de este proyecto ha sido la colaboración entre residentes locales y turistas, quienes se han sumado a la causa en varias ocasiones. La venta de un calendario solidario, junto a otras actividades de recaudación de fondos, ha permitido la compra de materiales y herramientas para llevar a cabo los trabajos de renovación.
El próximo sábado 15 de marzo, se celebrará la inauguración del minigolf restaurado con un torneo abierto a todos los que deseen participar. Además, en la antigua estación de tren infantil, se expondrán obras de arte de los artistas locales Olga Lvova y Norbert Pralow, como parte de un recorrido cultural que recobrará los murales que en su día adornaron la urbanización.
Este esfuerzo comunitario ha logrado algo más que restaurar un espacio: ha reunido a personas de diferentes culturas y edades con un solo objetivo en común: mejorar su entorno y fortalecer los lazos vecinales. Según Ottevaere, «lo que comenzó como una idea, ahora es un ejemplo de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos por una causa común.»
El evento de inauguración, que también incluirá una tómbola con premios locales, servirá como recordatorio de que las pequeñas acciones individuales pueden generar un gran impacto colectivo. Los fondos recaudados en las distintas actividades serán destinados a refugios de animales locales, como Live Paws y La Esperanza del Sur, en lo que subraya el compromiso solidario del grupo con el bienestar de la comunidad y el entorno.


