El consejero insular por el PP se batirá por la alcaldía de este pueblo sureño ahora en manos de Arturo González (CC)
Feudo nacionalista. Tranquilidad en las masas. Arturo dormita sin problema en cada esquina del pueblo. San Miguel languidece, complacida, con un alcalde asentado en el buenismo y que parece que no está en este mundo sino en otro. Y parece inexpugnable, aunque en ello le han ayudado los que están enfrente, tanto socialistas como populares, en fin, mejor lo dejamos quietos, porque entonces entraríamos en otros charcos, inconvenientes en la mayoría de los casos.
Como decimos San Miguel surge en el mapa como un valor seguro. Clavijo en uno de sus maitines dice “¿San Miguel?” y le responde su coro celestial: “Tranquilo papa, ahí ganamos y seguimos en lo mismo”, Arturo cuatro años más como Bello Durmiente, sin que lo despierte dragón alguno. Y podría ser. El alcalde ha pasado esta legislatura cómodamente, sin que nadie le tosiera y afronta mayo con una tranquilidad pasmosa, esa misma que le ha salvado de situaciones incómodas, dos grandes que recordemos.
Pero nenes ha ocurrido algo. Y de verdad que inesperado. Valentín González Évora, sanmiguelero como Arturo o más si cabe, ha decidido dar el paso. Y se va como candidato a la alcaldía. Sin mosca, sin miedo. Atrás queda su aventura con el CCN, con la que gobernó y de qué manera, que todavía se acuerdan de él, en positivo, manitos, no sean mal pensados.
Y lo hace con las siglas del PP. Un buen candidato, un buen cabeza de lista. Conoce el pueblo muy bien y la honestidad lo envuelve con un manto que ya quisieran algunos, especialmente uno, el de invítame y déjalo estar. Y además ya ha estado en esa casa. Y eso pesa, sin duda. Tanto dentro como fuera.
Y tiene los arrestos para dar batalla, para estar frente a Dormitorum y a su valido, ese que lo acompaña a todos lados y que realmente gobierna y hacerlos temblar. Y es que hay muchas cosas de las que hablar y en su caso, denunciar. San Miguel no puede esconder sus deficiencias, sus problemas, sus inseguridades.
¿Arturo ha cambiado algo del municipio? Pues no esencialmente. Aplica eso de todo cambia para que todo siga igual. Pero ahora le cae encima alguien que sí puede hacerlo. Y además ha estado y estará en el Cabido de Tenerife. Un valor añadido. A ver qué pasa, como decimos vuelve González Évora, Valentín. Dicho queda.


