Mohamed Jamil Derbah (*)
La guerra de Rusia en Ucrania ha escalado a un nuevo nivel. En un movimiento inédito en décadas, Rusia ha vivido una rebelión, la del jefe de los mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, transformada en un intento de golpe militar que puede haber durado solo un día. Tras tomar los edificios oficiales de la ciudad sureña de Rostov del Don (fronteriza con Ucrania e importante núcleo logístico para la guerra del Kremlin) y de lanzar una columna de blindados que avanzaban hacia Moscú sin oposición, como parte de su enfrentamiento con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, Prigozhin ha asegurado que interrumpe el camino y que sus hombres se replegarán a sus campamentos “para evitar el derramamiento de sangre”.
Al final de un día frenético, el Kremlin anunció que pensaba retirar todos los cargos contra Prigozhin y los hombres que formaron parte de la asonada. Y que el líder de Wagner, cuyo paradero dijo desconocer el portavoz de Putin, podrá refugiarse en Bielorrusia.
La rebelión de Prigozhin contra el ejército, transformada en el primer intento de golpe de Estado en tres décadas en Rusia, dejará a Vladímir Putin y su régimen debilitados en mitad de su contienda en Ucrania y de la contraofensiva de las tropas de Kiev.
La rebelión de Wagner puede tener consecuencias mayúsculas para la contienda en Ucrania por su implicación para las tropas de primera línea en un momento decisivo para la contraofensiva con la que Kiev busca recuperar territorio. La viceministra de Defensa ucrania, Hanna Maliar, ha afirmado este sábado que el golpe, que expone las grietas que ya invaden la sociedad rusa, es una “ventana de oportunidad” para sus fuerzas. La decisión de lanzar la invasión a gran escala sobre Ucrania ha desencadenado “la inevitable degradación del Estado ruso”, ha dicho.
Kiev, que calcula que Moscú mantiene unos 400.000 militares rusos desplegados en su país, celebra la inestabilidad en el país invasor. “Todo acaba de comenzar en Rusia”, afirmó este sábado Mijailo Podoliak, principal asesor del presidente Volodímir Zelenski, refiriéndose a la división de poder que sacude al país vecino. Podoliak cree que es imposible que ambas partes salgan indemnes de este episodio.
Muchos se han apresurado a informar sobre las consecuencias que esta guerrilla interna tendrá sobre el conflicto de Ucrania. No debemos cometer una y mil veces el mismo error, no debemos agrandar el alcance de las informaciones, debemos interpretarlas, y por ahora hay poco que interpretar porque todo es confusión. Lo que si podríamos es plantear algunas cuestiones:
¿Cuál es el apoyo de Prigozhin? De esto dependerá sus días de existencia o que estemos ante un problema más grave de los que pensamos. Una rebelión exitosa en Rusia no es algo que podamos considerar bueno para el resto del mundo.
¿Qué efecto puede tener a corto plazo en el teatro de operaciones de Ucrania? Parece evidente que la moral de las tropas rusas, puesta en duda en muchas ocasiones, podría verse afectada por estos hechos y los ucranianos podrían aprovechar para intensificar su ofensiva.
Los vídeos que observamos son de columnas desordenadas, compuestas por vehículos militares y civiles, con un cierto caos, algo parecido al ejército de Pancho Villa. ¿Por qué la fuerza aérea de Rusia no ha atacado esas columnas?
Si la reacción más lógica para salvar su vida hubiese sido huir, ¿por qué ha decidido atacar?, ¿puede contar con apoyos dentro de la cúpula militar? Todo lo podremos ver en poco tiempo porque esto no va a durar mucho.
De cualquier modo, necesitamos ser prudentes, analizar informaciones veraces, no apresurarnos, pero sí podemos afirmar que se ha producido una situación que se venía cociendo desde hace algunos meses y que puede desembocar en un riesgo todavía más serio que el propio conflicto bélico en Ucrania. Una Rusia descontrolada no nos conviene a nadie, ni siquiera a los ucranianos.
(*) Asesor Internacional de varios países africanos


