El club sureño podría quedar inhabilitado para competir esta temporada por deudas salariales y falta de plantilla, mientras la Federación vigila de cerca su situación
Soldecanarias.net / Arona
La Unión Deportiva Ibarra, uno de los clubes con mayor tradición en Arona, se enfrenta a una grave crisis que amenaza con paralizar su actividad deportiva de cara a la próxima temporada. Tras haber sido semifinalista en la promoción de ascenso a Segunda RFEF la campaña pasada, el equipo podría no participar ni en Tercera División ni en sus categorías base debido a una deuda económica que aún no ha sido saldada.
El origen de esta situación se remonta al curso anterior, cuando la entidad apostó por un ambicioso proyecto bajo la dirección deportiva del empresario italiano Mirco Capezzoli, quien también fue responsable de la contratación de Diego Maradona Júnior como entrenador. Sin embargo, las expectativas no se tradujeron en estabilidad financiera. Los salarios pendientes de jugadores, técnicos y personal administrativo se acumularon a lo largo del año, generando denuncias formales y la inclusión del Ibarra en la lista de clubes morosos por parte del sindicato de futbolistas (AFE).

Aunque el club presentó su preinscripción para la temporada 2025/26, el bloqueo generado por la deuda impide que pueda inscribir nuevos jugadores, dejando a la plantilla vacía y sin posibilidades reales de competir. La Federación Interinsular de Tenerife, en contacto con la Federación Española, ha solicitado aclaraciones sobre la viabilidad del equipo en la próxima campaña, ya que su situación podría modificar la estructura competitiva de la Tercera División y categorías inferiores.
La problemática del Ibarra no solo pone en riesgo su participación sino que podría desencadenar un efecto en cadena: si el club no compite, la Tercera División arrancaría con un equipo menos, afectando a la planificación y al calendario de la competición. Equipos como el San Miguel, descendidos recientemente, podrían ser los primeros en beneficiarse de una posible plaza vacante, aunque el proceso está aún en el aire.
Mientras tanto, la directiva del Ibarra sigue buscando soluciones para saldar la deuda y mantener viva la actividad deportiva, apelando a patrocinadores y ayudas externas. Sin embargo, el tiempo apremia y la incertidumbre persiste. La afición y la comunidad deportiva local esperan que la historia de esta entidad no termine en una paralización total, sino que se abra un camino de recuperación y estabilidad para el futuro.


