Washington se une a la ofensiva israelí contra Teherán, mientras Naciones Unidas advierte sobre un posible conflicto de escala internacional
Soldecanarias.net / Redacción Internacional
El reciente ataque de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares en Irán ha desencadenado una oleada de reacciones internacionales que ponen en evidencia la creciente fractura diplomática en el tablero global. Las operaciones militares, ejecutadas el sábado contra las centrales de Fordo, Natanz e Isfahán, marcan un nuevo punto de inflexión en el conflicto de Oriente Medio.
Estados Unidos se ha alineado abiertamente con Israel, que una semana antes había iniciado su propia ofensiva en suelo iraní. Según el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la acción militar busca «neutralizar definitivamente la amenaza nuclear iraní», un argumento que Washington ha respaldado explícitamente en una declaración televisada del presidente Donald Trump, quien calificó los bombardeos como “una victoria estratégica sin precedentes”.
Guterres llama a la contención
La respuesta del secretario general de la ONU, António Guterres, fue inmediata y contundente. Desde la sede de Naciones Unidas, el diplomático portugués expresó su “profunda preocupación por la escalada militar en una región ya altamente volátil” y advirtió que si no se detienen las hostilidades, el conflicto podría “tener consecuencias catastróficas para la humanidad”.
Guterres instó a la comunidad internacional a cumplir con los principios fundamentales del derecho internacional, destacando la necesidad urgente de retornar al diálogo diplomático como única vía sostenible para resolver el conflicto nuclear iraní.
Escenario internacional: un equilibrio frágil
La comunidad internacional ha reaccionado de manera desigual. Rusia y China han condenado firmemente la intervención militar de Estados Unidos, acusando a Washington de “alimentar el caos” y de ignorar los mecanismos multilaterales de resolución de conflictos. Por su parte, la Unión Europea ha pedido contención a todas las partes, aunque varios de sus miembros, como Francia y Alemania, han mostrado “serias reservas” ante la legitimidad del uso de la fuerza fuera del marco del Consejo de Seguridad.
En América Latina, las reacciones han sido diversas: mientras gobiernos como el de Brasil o Argentina han llamado a la neutralidad y el respeto al derecho internacional, otros, como el de Venezuela, han denunciado una “nueva agresión imperialista”.
Escalada sin horizonte claro
La respuesta de Irán no se hizo esperar. En las horas posteriores al ataque, Teherán lanzó misiles que alcanzaron tanto bases militares como zonas civiles en territorio israelí. El riesgo de un conflicto regional abierto, con múltiples frentes y actores implicados, crece a medida que se rompen las cadenas diplomáticas y se recurre a la vía militar como respuesta predominante.
En este clima de máxima tensión, las expectativas de una resolución pacífica se desvanecen. Analistas internacionales advierten que el conflicto podría extenderse a otros países vecinos, alterar rutas comerciales estratégicas y afectar la estabilidad energética global.
La comunidad internacional se encuentra hoy frente a un dilema urgente: actuar para frenar una guerra regional con potencial global o contemplar pasivamente cómo el equilibrio mundial vuelve a tambalearse.


