Al menos cuatro muertos en la capital ucraniana tras un bombardeo masivo con misiles y drones. Ucrania responde con ataques a varias regiones rusas, incluidos Moscú y Riazán.
Soldecanarias.net / Redacciòn
Rusia ha ejecutado el mayor ataque aéreo desde el inicio de la guerra en Ucrania, lanzando más de 450 misiles y drones contra distintos puntos del país, incluida la capital, Kiev. El bombardeo ha dejado al menos cuatro muertos y varios heridos, además de provocar graves daños materiales en edificios residenciales e infraestructuras estratégicas.
El Ejército ruso empleó en el ataque drones kamikaze Shahed, misiles de crucero y munición de precisión, en un asalto coordinado que también golpeó con fuerza las regiones occidentales de Volinia y Ternópil, esta última sufriendo lo que las autoridades locales califican como “el ataque más masivo” en lo que va de guerra.
En respuesta, Ucrania ha intensificado sus ofensivas con drones sobre territorio ruso. Este mismo viernes, las baterías antiaéreas rusas derribaron tres drones ucranianos que volaban en dirección a Moscú. Las operaciones se extendieron también a las regiones de Kursk, Briansk y Riazán, donde un hombre fue abatido por la Guardia Nacional rusa tras ser acusado de preparar un atentado con drones contra una instalación militar.
Mientras tanto, continúa la devastación en el sur de Ucrania, donde los efectos de la destrucción de la presa de Kajovka en 2023 siguen afectando a la población local, la agricultura y el medioambiente. Dos años después, miles de personas viven las consecuencias de esa catástrofe.
En el plano internacional, la Unión Europea ha reiterado que “Rusia es el agresor” en el conflicto, rechazando las recientes declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien sugirió sancionar a ambos bandos. Por su parte, el papa León XIV se ha reunido con el presidente del Consejo Europeo para analizar vías hacia la paz en Ucrania y otros conflictos globales.
El recrudecimiento de los ataques anticipa una fase aún más destructiva del conflicto, mientras crecen las dudas sobre la posibilidad de una resolución diplomática a corto plazo.


