La presidenta del Cabildo defiende el modelo aplicado en Masca como “ejemplo de sostenibilidad” y abre la puerta a extenderlo al Teide, Teno y Anaga, mientras Coalición Canaria mantiene un discurso contradictorio
Soldecanarias.net / Santa Cruz de Tenerife
La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila (Coalición Canaria), ha defendido este lunes la aplicación de la ecotasa en el barranco de Masca como una herramienta eficaz para reducir la masificación turística y preservar el entorno natural. Según los datos presentados en rueda de prensa, la medida ha permitido reducir en un 76% el número de visitantes, pasando de más de 100.000 a poco más de 24.000 personas al año, con una recaudación de más de 652.000 euros destinados íntegramente a la conservación del espacio.
Lo llamativo del anuncio es que se produce apenas semanas después de que CC votara en contra de una propuesta general para implantar ecotasas en el Cabildo, y tras años de rechazo desde el partido nacionalista a este tipo de medidas, alegando dificultades técnicas para diferenciar entre residentes y turistas, justo lo que ahora se ha implementado en Masca con éxito.
Dávila, acompañada por la consejera de Medio Natural, Blanca Pérez, y el director insular Pedro Millán, afirmó que el nuevo modelo “marca un antes y un después” y adelantó que el mismo sistema se podría extender a enclaves protegidos como el Parque Nacional del Teide, el macizo de Teno o la Reserva de la Biosfera de Anaga.
De la negación a la bandera medioambiental
La presidenta insular aseguró que “hace apenas un año, ni siquiera se hablaba en Tenerife de ecotasas, cupos o lanzaderas eléctricas”, pese a que el debate sobre la regulación del acceso al Teide lleva activo desde la pasada legislatura. Ahora, sin embargo, su gobierno impulsa una batería de medidas que incluyen reserva previa obligatoria, tarifas diferenciadas según residencia y acceso limitado a través de transporte colectivo desde Santiago del Teide.
El modelo establece el acceso gratuito para residentes en Tenerife, tarifas simbólicas para canarios no residentes en la isla (3 euros adultos, 1,50 euros niños), y precios más elevados para turistas no residentes (28 y 14 euros, respectivamente). La medida también ha reducido drásticamente las evacuaciones por rescate en el barranco, anteriormente uno de los “puntos negros” en accidentes de senderismo en la isla.
La contradicción con la línea oficial de Coalición Canaria no ha pasado desapercibida, especialmente tras su voto en contra de medidas similares en el propio Cabildo. Dávila defiende que “la situación actual exige valentía política y soluciones sostenibles”, mientras sectores de su propio partido continúan rechazando cualquier fiscalidad asociada al turismo, lo que evidencia una división interna entre la praxis local y el discurso regional.
¿Un cambio estratégico o un giro táctico?
Este movimiento ha abierto un debate político en la isla sobre si se trata de un verdadero giro ideológico de CC hacia una mayor conciencia ecológica o simplemente una medida coyuntural ante la presión ciudadana y medioambiental. Lo que es innegable es que la ecotasa de Masca ha tenido impacto: menos masificación, más seguridad, recursos para la conservación y un modelo de turismo regulado que ya está en el centro de la agenda insular.
La presidenta concluyó su comparecencia insistiendo en que “no se trata de cobrar por cobrar, sino de proteger lo que somos”. Pero en un contexto político tan polarizado, queda por ver si esta apuesta se consolidará como política insular o será motivo de fricción dentro de su propia formación.


