El hallazgo de un desfibrilador infantil caducado y reetiquetado reactiva las alarmas del caso Parches mientras la investigación judicial sigue abierta en Gran Canaria
Soldecanarias.net / Redacciòn
El caso Parches, que desde 2023 investiga la presunta manipulación de material sanitario en ambulancias del servicio público canario, vuelve a situarse en el centro de la polémica tras el hallazgo de un nuevo desfibrilador infantil caducado y con la fecha de vencimiento presuntamente falseada. El material fue localizado en una base de ambulancias del sur de Tenerife, en un espacio cedido por la clínica privada Hospiten Sur para el almacenamiento y descanso del personal sanitario.
El descubrimiento fue denunciado ante la Policía Nacional en Adeje por un trabajador de la empresa Tasisa, concesionaria del transporte sanitario urgente en esa zona. Según la denuncia, el empleado encontró el parche desfibrilador al inicio de su turno en una ambulancia de soporte vital avanzado. El dispositivo, destinado a la reanimación cardiopulmonar pediátrica, había caducado en 2022, pero presentaba una pegatina superpuesta que ampliaba su validez hasta mayo de 2028.
La coincidencia de esa fecha con la que figuraba en otros parches investigados previamente en Gran Canaria ha reavivado las sospechas. Aquellos hallazgos dieron origen a una causa judicial que se instruye desde hace más de dos años en el Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria por posibles delitos de falsedad documental y contra la salud pública.
La empresa HTGroup, matriz de Tasisa, sostiene que la aparición de este nuevo material no constituye un episodio independiente. Según fuentes oficiales, el hallazgo “guarda relación con la investigación judicial actualmente en curso” y la compañía asegura tener activos los protocolos internos para detectar irregularidades en el suministro sanitario.
Sin embargo, desde el Sindicato del Transporte de Emergencias Sanitarias (SITES) discrepan de esa valoración. Recuerdan que la empresa anunció meses atrás la retirada de todos los parches pediátricos sospechosos de manipulación y cuestionan la eficacia de ese proceso. “Este nuevo caso demuestra que la retirada no fue completa”, advierten, al tiempo que reclaman mayores controles y responsabilidades.
El contexto del hallazgo añade complejidad al caso. Aunque gran parte del material utilizado en las ambulancias procede de la clínica Hospiten, los parches desfibriladores pediátricos son suministrados directamente por Tasisa, lo que sitúa el foco de nuevo en la cadena de control del material crítico.
El caso Parches estalló en agosto de 2023 tras la denuncia de un delegado sindical que alertó de la presencia de material reetiquetado en ambulancias de Gran Canaria. Las posteriores inspecciones de la UDEF destaparon un escenario más amplio: medicamentos caducados, carencias de fármacos esenciales, equipos defectuosos y vehículos que, según informes policiales, no reunían las condiciones mínimas para garantizar una atención sanitaria segura.
Dos años después, la aparición de un nuevo parche pediátrico manipulado refuerza la preocupación de los trabajadores y reabre el debate sobre la seguridad del transporte sanitario público en Canarias, mientras la causa judicial continúa su curso sin resolverse.
