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Mohamed Yamil Derbah, empresario hotelero, asesor internacional de varios países extranjeros y Gerente, Presidente del Grupo de comunicación Sol de Canarias, opina que, el impacto de la guerra de Ucrania en el cambio climático y las acciones de mitigación, se destaca que el conflicto ocurre en un momento de emisiones globales récord de CO2 y advirtiendo que los altos precios de la energía van a suponer un gran obstáculo para los esfuerzos que buscan hacer frente a la emergencia climática.
Toda esta situación se produce en vista de que los países buscan expandir sus suministros de energía y intentar contrarrestar los elevados precios del petróleo y el gas, es muy probable que la producción de combustibles fósiles aumente en el corto plazo.
Del mismo modo, los altos precios del níquel y otros metales pueden afectar negativamente la producción de vehículos eléctricos, mientras que el aumento de los precios de los alimentos puede limitar el uso de biocombustibles.
Pese a este panorama, hay quien afirmó que los países tienen la oportunidad de abordar sus preocupaciones de seguridad energética y alimentaria acelerando la adopción de energías renovables.
Según las nuevas proyecciones de la ONU, el PIB global ganará este año 3,1%, casi un punto menos de lo que se estimó en enero.
La inflación, en tanto, avanzará una media de 6,7% impulsada por los precios de los alimentos y la energía.
El deterioro incluye a los motores económicos: Estados Unidos, China y la Unión Europea.
La frágil recuperación de la crisis derivada de la pandemia de COVID-19 y los efectos de la guerra en Ucrania llevaron al Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA) a reducir sus perspectivas de crecimiento global para este año a 3,1%, casi un punto porcentual con respecto al 4% que había previsto en enero de 2022.
La economía mundial enfrenta importantes riesgos a la baja debido a una mayor escalada de la guerra en Ucrania, nuevas oleadas de la pandemia y un endurecimiento monetario más rápido de lo esperado en las economías desarrolladas.
Inflación galopante
La inflación global alcanzaría 6,7% este año, más que duplicando el índice de 2,9% registrado en el periodo de 2010 a 2020.
La inflación en Estados Unidos registra el nivel más alto en cuatro décadas y está al alza en muchos países de Asia Occidental, América Latina y el Caribe y en la Comunidad de Estados Independientes.
El aumento de la inflación plantea un desafío adicional para una recuperación inclusiva, ya que afecta desproporcionadamente a los hogares de bajos ingresos.
Para los países en desarrollo, se prevé un aumento del 4,1% del PIB antes del cierre de este año.
Las condiciones financieras externas más restrictivas afectarán negativamente las perspectivas de crecimiento, especialmente para los países con alta exposición a los mercados de capitales globales con grandes cargas de deuda o en riesgo de impago.
Estas perspectivas son agravadas por el empeoramiento de la inseguridad alimentaria, sobre todo en África.
La inflación en los alimentos y la energía sin duda van a dificultar una recuperación inclusiva porque afectan desproporcionadamente a los hogares de bajos ingresos, que gastan una proporción mucho mayor de sus ingresos en artículos y productos de primera necesidad.


