Las trabajadoras de ayuda a domicilio denuncian condiciones indignas, abusos y desinterés institucional ante un servicio esencial que atiende a las personas más vulnerables
Soldecanarias.net / Santa Cruz de Tenerife
Carmen Delia Henríquez no habló sola en el último pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Con ella, alzó la voz una plantilla invisible, femenina y agotada, que sostiene el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) en condiciones extremas. En nombre de sus compañeras, relató una cadena de precariedad, promesas incumplidas, riesgo físico, entornos insalubres y hasta episodios de acoso sexual que siguen sin recibir respuesta por parte del gobierno municipal (CC-PP).
Desde colchones podridos y cucarachas en camas, hasta baños no adaptados para la higiene de personas dependientes, las auxiliares aseguran que no solo falta personal o recursos, sino respeto y humanidad. “Nos mandan solas donde antes íbamos cuatro, usamos nuestro cuerpo como grúas y nos lesionamos. Pero en la mutua nos dicen que es genético, o que será de bailar el fin de semana”, ironizó Henríquez ante la incredulidad de algunos concejales.
La gestión privatizada del servicio, según denunciaron, ha traído más caos que soluciones: cuadrantes cambiantes, pérdida de usuarios sin reubicación de horas, materiales de baja calidad y coordinadoras colapsadas. “Nos exigen limpiar cuando somos personal sociosanitario. Y las campañas de sensibilización que prometieron, nunca llegaron”, añadió la portavoz.
El relato también desveló una cara aún más oscura: la del acoso sexual por parte de usuarios. “Algunos dijeron que este no es lugar para hablar de eso. ¿Y dónde sí? El machismo y la violencia no tienen horario ni espacio asignado. Exigimos que se actúe”.
La moción presentada por el PSOE para mejorar el servicio fue rechazada por todos los grupos excepto el proponente. “Solo vemos más descontrol, más abandono. Y ni siquiera se escucha a las trabajadoras”, lamentó la concejala Alana Chinea.
Desde el gobierno local, la concejala de Acción Social, Rosario González, pidió tiempo y aseguró que el nuevo modelo de gestión “resolverá todos estos problemas”. Mientras tanto, las trabajadoras siguen esperando lo que en teoría no debería ser una utopía: condiciones dignas para cuidar y no enfermar.


