El reconocido empresario tinerfeño fue el único rostro público presente tras la orden de demolición que amenaza a cientos de familias en el sur de Tenerife
Redacción | Sol de Canarias
Lomo Negro, Tenerife – 22 de abril de 2025
Este martes amaneció con una nube de tensión sobre Lomo Negro, un asentamiento ubicado en el sur de Tenerife donde cerca de mil personas han construido sus hogares durante los últimos años. La causa: una orden de demolición emitida para dos viviendas del barrio, una amenaza que sacudió a toda la comunidad. Ante el temor y la indignación generalizada, los vecinos se movilizaron rápidamente para impedir el paso de vehículos oficiales. Y en medio de esa movilización, hubo una presencia que sorprendió y reconfortó: la de Mohamed Jamil Derbah, empresario tinerfeño con una destacada trayectoria en el sector turístico.
“No estoy aquí por ningún otro motivo que no sea el humano. Vine porque me lo pidió el corazón, porque no se puede ver esta situación y quedarse en silencio. Aquí hay familias enteras a punto de perderlo todo”, declaró Derbah ante medios locales.
Su llegada fue recibida con aplausos, abrazos y agradecimientos. Muchos vecinos lo reconocieron no por su faceta empresarial, sino por su disposición a escuchar, entender y visibilizar un drama social que lleva años en silencio.
“Algunos me dirán que esto no me incumbe, pero soy vecino, soy padre y sé lo que significa tener un techo. No podemos permitir que haya gente que lo pierda todo de la noche a la mañana sin que nadie diga nada”, añadió con firmeza.
Una comunidad unida por la dignidad
El caso de Lomo Negro no es aislado. A lo largo de los años, muchas familias han construido sus hogares en este enclave rural, en algunos casos sin los permisos adecuados, pero también con la esperanza de lograr una regularización. Hoy en día, la zona cuenta con alumbrado, servicios básicos e incluso se pagan tasas municipales como el IBI y la basura, lo que incrementa la sensación de abandono e injusticia entre sus habitantes.
Las voces que se escuchan en sus calles están cargadas de miedo, pero también de determinación:
“El Ayuntamiento nos cobra impuestos, pero ahora quiere derribarlo todo. ¿En qué quedamos?”, preguntaba una vecina con lágrimas en los ojos.
“He pasado noches sin dormir. Esta es mi casa, lo único que tengo”, decía otro.
Ante esta realidad, Mohamed Derbah quiso aportar algo más que palabras:
“Sé que esto no se soluciona con una visita, pero al menos quiero que sepan que no están solos. Lo más valioso que tenemos como sociedad es la empatía. Cuando esta falta, lo perdemos todo”.
«Tener una casa no puede ser un lujo»
Como empresario, Derbah también dejó un mensaje claro sobre la situación de la vivienda en Canarias:
“Estamos en una tierra donde tener un techo se ha convertido en un privilegio. Eso no es justo. Hay que buscar vías de regularización, diálogo y soluciones reales. Tirar casas no puede ser la respuesta”.
Por ahora, la orden de demolición ha sido suspendida, pero el temor de que vuelva sigue latente. En Lomo Negro, la lucha continúa. Y aunque no haya promesas políticas ni discursos grandilocuentes, la presencia de figuras comprometidas como Mohamed Derbah devuelve algo que aquí parecía perdido: esperanza.


