“Cuando falta la documentación, lo que se pierde no es solo un trámite: es el futuro de un ser humano”
Por Mohamed Jamil Derbah
*Empresario turístico, presidente del grupo de comunicación Solo de Canarias, consejero especial del primer ministro de Guinea-Bisáu y asesor internacional para países africanos denuncia el abandono institucional de los jóvenes migrantes en Canarias al cumplir la mayoría de edad.
Canarias vive una paradoja de nuestro tiempo: tierra de acogida, faro del Atlántico y puente entre continentes, pero también frontera dura, a veces ciega ante el dolor humano. El reciente informe del Defensor del Pueblo revela una realidad que no solo es inaceptable desde el punto de vista legal y humanitario, sino que también constituye un fracaso estructural en la gestión de los menores migrantes no acompañados.
Que más del 80% de estos jóvenes llegados a nuestras costas no tenga autorización de residencia es una afrenta directa a sus derechos y un síntoma de desorganización institucional que no podemos permitirnos. ¿De qué sirven los discursos sobre integración, cooperación o solidaridad si un adolescente, tras años bajo la tutela de la administración, es abandonado a su suerte en cuanto cumple 18 años? ¿Qué futuro podemos prometer como sociedad si condenamos al olvido a quienes más necesitan protección?
Como empresario turístico, sé que muchos de esos chicos son parte del motor que sostiene silenciosamente el sector. Algunos ya trabajan en cocinas, lavanderías o construcciones vinculadas a la industria. Pero lo hacen en la sombra, sin papeles, sin derechos. Es una contradicción dolorosa: el Archipiélago que vive del mundo, le da la espalda a quienes más se parecen al mundo.
Como asesor internacional de países africanos, lo veo aún con mayor crudeza. La falta de documentación no es solo un fallo administrativo, es una forma de violencia burocrática. Es la negación de un nombre legal, de una historia válida, de un porvenir digno. África no pide compasión, pide trato justo. Pide colaboración real, también en la gestión de la migración de sus hijos e hijas.
Y como presidente del grupo de comunicación Solo de Canarias, me pregunto: ¿por qué no hablamos más de esto en los medios? ¿Por qué no convertimos esta vergüenza silenciosa en una causa urgente? Las cifras que el Defensor del Pueblo expone no deben quedar en los márgenes de un informe oficial. Deben encabezar portadas, abrir debates parlamentarios y movilizar conciencias.
No se trata de una cuestión de ideologías ni de partidismos. Se trata de humanidad, de responsabilidad institucional y de coherencia con los valores democráticos. Si España ha firmado tratados de protección a la infancia, si la Constitución garantiza el derecho a una vida digna, y si Europa presume de civilización, entonces hay que actuar. No mañana. Hoy.
La regularización de los menores no acompañados debe ser una prioridad política y moral. Las comunidades autónomas no pueden escudarse en la saturación ni en la burocracia para justificar la inacción. Y el Estado no puede mirar hacia otro lado mientras jóvenes con sueños y talentos son empujados hacia la exclusión y la marginalidad.
En Canarias, donde cada piedra cuenta una historia de migración, no podemos permitir que falten papeles que representen derechos. Porque cuando falta la documentación, lo que se pierde no es solo un trámite: es el futuro de un ser humano.
Mohamed Jamil Derbah
Empresario turístico
Presidente del grupo de comunicación Solo de Canarias
Consejero especial del primer ministro de Guinea-Bisáu
Asesor internacional para países africanos


