Artículo de opinión: Mohamed Jamil Derbah, Presidente gerente del Grupo de Comunicación Sol de Canarias, empresario turístico en Tenerife, asesor internacional de países africanos y consejero especial del Primer Ministro de Guinea-Bisáu
La reciente publicación del Real Decreto sobre la protección y reubicación de menores migrantes no acompañados, en casos de contingencia, es un avance muy necesario que saludo con esperanza. Por primera vez, se establecen criterios claros, una evaluación individual y un marco legal adaptado a la sensibilidad que merece la infancia más vulnerable. Es un paso firme del Gobierno de España hacia un modelo de acogida más humano, más justo y más sostenible
Desde mi posición como empresario turístico en Canarias, pero también como asesor internacional en África y consejero especial del Gobierno de Guinea-Bisáu, reconozco el valor de esta medida. Porque conozco bien las dos orillas: la de quienes llegan buscando dignidad y futuro, y la de quienes luchamos en origen para que no tengan que marcharse.
Este decreto habla de coordinación, de tutela, de garantizar derechos en lugar de improvisar. Se reconoce que cada niño es una historia, no una cifra. Y eso es lo primero que debe hacer cualquier política que se quiera llamar humana.
Pero también quiero advertir: no nos podemos quedar solo en el destino. La migración no se resuelve acogiendo mejor, sino evitando que millones de niños y niñas sientan que no tienen futuro en sus tierras. Esa es la raíz, y es allí donde debemos redoblar esfuerzos.
Desde el Grupo de Comunicación Sol de Canarias, y en colaboración con instituciones africanas, llevamos años apostando por programas de cooperación, educación, desarrollo rural, sanidad y emprendimiento juvenil. Hemos trabajado en Senegal, Guinea-Bisáu, Cabo Verde, Mauritania. Y en cada rincón la respuesta es la misma: nuestros jóvenes no quieren abandonar sus países, quieren que sus países no los abandonen a ellos.
Por eso, celebro que España actúe como país solidario, pero insisto: no bajemos la guardia. El drama migratorio no se combate solo con plazas, sino con oportunidades allí donde nace el deseo de emigrar. Porque ningún niño debería tener que elegir entre el mar o la miseria.
Trabajemos en origen, cooperemos sin paternalismo, generemos empleos, impulsemos industrias limpias, apostemos por el turismo responsable, la agricultura regenerativa, las tecnologías accesibles. Hagamos del continente africano un aliado estratégico, no un proveedor de migración.
Que este decreto sea un punto de partida, no una meta.
Mohamed Jamil Derbah
Presidente gerente del Grupo de Comunicación Sol de Canarias
Empresario turístico en Tenerife
Asesor internacional de países africanos
Consejero especial del Primer Ministro de Guinea-Bisáu


