San Miguel, Granadilla y Arico lideran el aumento poblacional de Tenerife en la última década y exigen más apoyo económico para sostener los servicios públicos.
Soldecanarias.net / Redacciòn
El sur de Tenerife vive un auténtico boom poblacional. En los últimos diez años, esta zona de la Isla ha sumado más de 43.000 nuevos residentes, lo que equivale a llenar dos veces el estadio Heliodoro Rodríguez López. Según los últimos datos disponibles, el conjunto de municipios meridionales alcanza ya los 322.800 habitantes, un 14% más que en 2015, superando con creces el ritmo de crecimiento del resto del territorio insular.
El fenómeno se concentra en tres municipios que encabezan la expansión demográfica: San Miguel de Abona, con un aumento del 42,6%; Granadilla de Abona, con un 31,5%; y Arico, con un 19%. A estos les siguen Santiago del Teide (18,2%), Güímar (15,8%) y Guía de Isora (12,8%), entre otros.
Además, el trío con mayor población absoluta lo forman Arona (86.600 habitantes), Granadilla de Abona (57.000) y Adeje (50.500). No obstante, los ayuntamientos aseguran que las cifras reales superan las oficiales del Instituto Nacional de Estadística, como ocurre en Granadilla, donde el padrón municipal roza ya los 71.000 residentes.
Este crecimiento acelerado ha ido de la mano del desarrollo turístico y la creación de empleo en la última década —con la excepción del parón provocado por la pandemia—, pero también ha puesto al límite la capacidad de los municipios para ofrecer servicios e infraestructuras adecuadas. A ello se suma la crisis del mercado inmobiliario, marcada por el aumento de las viviendas vacacionales, la escasez de vivienda pública y los alquileres inasequibles, factores que agravan la presión sobre el territorio y la población local.
Los gobiernos municipales coinciden en que el incremento de habitantes no puede afrontarse solo con recursos propios. Reclaman una financiación justa y estable, así como mayor apoyo del Cabildo y del Gobierno de Canarias, para poder atender a una ciudadanía en expansión que demanda más servicios sociales, educativos, sanitarios y de seguridad.
Pese a las dificultades, los ayuntamientos destacan también las oportunidades que ofrece esta transformación demográfica, vinculadas al dinamismo económico y la diversidad social de sus nuevos vecinos. Sin embargo, advierten que, sin un respaldo financiero suficiente, el crecimiento poblacional puede convertirse en una carga insostenible para las administraciones locales y comprometer la calidad de vida en la comarca sur.


