Más de un millón de kilos de papa del país siguen almacenados en Tenerife sin salida comercial, mientras el mercado se llena de tubérculo procedente de Reino Unido, Egipto e Israel.
Soldecanarias.net / Redacciòn
La situación de la papa del país en Canarias atraviesa uno de sus momentos más críticos. En Tenerife, cerca de un millón de kilos permanecen sin vender en almacenes, fruto de la cosecha recogida durante el verano en las medianías del norte de la isla. Pese a que el precio mínimo considerado remunerativo por el Gobierno de Canarias se sitúa en torno a un euro por kilo, el mercado mayorista apenas paga 0,60 euros, una cifra muy por debajo de los costes de producción, estimados entre 0,80 y 0,95 euros.
Los agricultores denuncian que esta caída de precios se debe a la fuerte competencia de la papa importada. Los supermercados y distribuidores han optado por abastecerse con producto procedente de Reino Unido, que llega de forma constante, además de mantener existencias de Egipto e Israel. En los expositores de las grandes cadenas conviven estas partidas con la papa local, que se ve relegada y sin opciones de competir en igualdad de condiciones.
El sector subraya que esta campaña, la más importante del año para muchos cosecheros, debería haber garantizado la principal fuente de ingresos familiares. Sin embargo, la falta de salida comercial obliga a mantener el género almacenado, lo que supone un gasto añadido, especialmente cuando es necesario recurrir a cámaras frigoríficas. «Es como tener 45 contenedores de papa listos para comer, pero que nadie compra», lamentan productores de Los Realejos.
La situación no es nueva. En la última década, la superficie dedicada al cultivo de papa en Canarias se ha reducido casi un 40% y la producción un 25%. Según el Istac, en 2023 se recogieron unas 78.000 toneladas en las islas, mientras que se importaron 64 millones de kilos, principalmente desde Reino Unido. Aunque en 2024 el volumen de importaciones descendió ligeramente a 61 millones, la presión sobre la papa local no deja de crecer.
El malestar entre los agricultores se suma a las críticas sociales contra la entrada de papa israelí, cuestionada no solo por razones de mercado, sino también por motivos políticos y humanitarios debido al conflicto en Gaza. Entretanto, los productores isleños ven cómo otro cultivo emblemático de Canarias corre el riesgo de desaparecer si no se adoptan medidas que garanticen su rentabilidad y permanencia.


