Soldecanarias.net / Adeje
A un mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la carrera electoral se intensifica con la vicepresidenta Kamala Harris manteniendo una leve ventaja sobre el ex presidente Donald Trump en la mayoría de las encuestas. Sin embargo, este margen se sitúa dentro de lo que se conoce como «el margen de error», lo que significa que la competencia es más cerrada de lo que indican los números.
Las encuestas, a menudo consideradas una herramienta vital para predecir resultados electorales, muestran a Harris liderando en la mayoría de las encuestas, salvo en aquellas de empresas como Rasmussen Reports y Trafalgar Group, que son criticadas por sobrestimar el apoyo republicano. Sin embargo, la experiencia de elecciones anteriores sugiere que las proyecciones pueden ser engañosas. En 2016 y 2020, Trump superó significativamente las expectativas de voto, lo que deja a Harris y su campaña en un estado de alerta.
Uno de los fenómenos que ha llamado la atención de los analistas es el surgimiento del «votante tímido de Trump». Este grupo está compuesto por electores que, por diversas razones, no se sienten cómodos expresando su intención de voto en encuestas, pero que, sin embargo, pueden inclinarse a votar por el candidato republicano en las urnas. Identificar y entender a estos votantes se ha convertido en una prioridad para los encuestadores en este ciclo electoral.
El caso de Pennsylvania es emblemático: según la media de encuestas, Harris y Trump están empatados, un escenario que recuerda a las elecciones pasadas. En 2016, Hillary Clinton tenía una ventaja similar en este estado, solo para perder por un estrecho margen. Esta situación plantea un dilema para Harris, quien debe decidir cómo enfocar su campaña en un estado que podría ser crucial para su éxito.
Los encuestadores han tratado de adaptar sus métodos a la nueva realidad electoral, utilizando menos datos del censo y más encuestas en línea, especialmente entre grupos que suelen inclinarse por candidatos como Trump. Sin embargo, los errores sistemáticos en las proyecciones han suscitado críticas sobre la fiabilidad de las encuestas y su capacidad para captar la realidad del electorado.
La creciente preocupación radica en que, si el «votante tímido» se manifiesta en las elecciones, podría alterar drásticamente el resultado, favoreciendo nuevamente a Trump. Las encuestas han demostrado que las diferencias de entre uno y seis puntos son difíciles de prever y pueden marcar la diferencia en estados clave.
A medida que se acercan las elecciones, la incertidumbre persiste. Kamala Harris, que busca movilizar el apoyo demócrata y capitalizar el entusiasmo de los jóvenes, se enfrenta a un electorado cambiante y a un rival que ha demostrado ser un fenómeno electoral. El futuro de su campaña dependerá en gran medida de su capacidad para conectar con todos los votantes, incluidos aquellos que aún permanecen en las sombras del proceso electoral.
