Mohamed Jamil Derbah
Presidente Gerente del Grupo de Comunicación Sol de Canarias. Presidente del Partido Fuerza Canaria. Asesor Internacional de Países Africanos
Editorial / Soldecanarias.net
La reciente tragedia frente a las costas de Mauritania, en la que 143 personas perdieron la vida tras el naufragio de un cayuco con 160 migrantes a bordo, no es un hecho aislado. Es la consecuencia de un sistema que ignora la desesperación de miles de personas. Si no se toman medidas urgentes y efectivas, las tragedias seguirán ocurriendo.
El contexto y la magnitud de la crisis
La ruta canaria, que conecta África Occidental con Europa, es una de las más mortales del mundo. En 2024, cerca de 10.000 personas murieron en esta travesía, principalmente jóvenes que huyen de la pobreza, los conflictos y la falta de oportunidades en países como Gambia, Senegal y Guinea. El cayuco naufragado llevaba días a la deriva, acercándose a las costas de Mauritania en busca de ayuda, lo que subraya la urgencia de intervenir.
La condena y la necesidad de acción
Como asesor internacional de países africanos, he visto de cerca las condiciones que empujan a los migrantes a abandonar sus hogares. La falta de empleo, la inestabilidad política y la desigualdad estructural son las principales causas de esta migración forzada. Las políticas migratorias deben cambiar: es necesario un enfoque integral que aborde las causas de la migración, no solo los efectos.
Medidas urgentes que deben tomarse
- Inversión en los países de origen
Es vital invertir de manera sostenible en los países africanos para que puedan ser autosuficientes. Esto implica crear oportunidades de empleo, fomentar proyectos educativos y de infraestructura, y garantizar acceso a servicios básicos. Si los migrantes tuvieran las condiciones para prosperar en sus propios países, no tendrían que arriesgar sus vidas en el mar. - Cooperación internacional real
Los gobiernos europeos y africanos deben cooperar para crear condiciones de vida dignas. Las inversiones deben ser dirigidas a áreas como la agricultura, la salud, y la educación, permitiendo que los países africanos puedan ofrecer un futuro a sus jóvenes sin que tengan que buscarlo en Europa. - Desmantelar las mafias de tráfico humano
Es fundamental erradicar las redes de tráfico de personas, que se lucran con la desesperación de los migrantes. Esto solo será posible con una cooperación más eficaz entre países, con el fin de identificar y desmantelar estas organizaciones criminales. - Crear rutas migratorias legales y seguras
La migración debe ser gestionada de manera humana y ordenada. Se deben crear corredores humanitarios, promover programas de asilo y permitir la migración legal, sin que los migrantes tengan que recurrir a rutas peligrosas y sin control.
Una reflexión urgente
Las tragedias como la de Mauritania son el resultado de políticas ineficaces y la falta de voluntad para abordar las causas profundas de la migración. Es necesario que los gobiernos de Europa y África asuman su responsabilidad y actúen con urgencia para evitar que se sigan perdiendo vidas en el mar.
El futuro de miles de migrantes depende de nuestras decisiones. Si no actuamos, estas tragedias seguirán ocurriendo. La solidaridad debe convertirse en acción concreta para garantizar un futuro mejor, sin que nadie tenga que arriesgar su vida para buscar lo que debería tener en su propio país.


