El alcalde intentó que no se fuera al gobierno de Canarias, pero éste no quiso quedarse
Urbanismo de Arona. Oficina Técnica. Una pieza clave en el desarrollo del municipio. Y uno de los centros donde confluyen todos los ciudadanos y ciudadanas, no solamente residentes, sino de aquellos que viniendo de fuera quieren estar y actuar en Arona. Y a pesar de su importancia, ese centro está tocado, no sale adelante, no se normaliza, por así decirlo.
Siempre ha estado ahí. Una oficina técnica que acumula expedientes, que tarda en sacar los temas adelante, que se niega a todo y que lo que sale es por capricho de los dirigentes políticos. Una oficina que en tiempos no socialistas estuvo trufada por la corrupción y que acabó en los juzgados y en las que técnicos llegaron a pisar la cárcel.
Ese tiempo paso, pero dejó la huella de que nadie haría lo que fue carne de los juzgados. Con lo que la parálisis y la lentitud se hizo rey. Los técnicos se escudaban en la ley, como debe ser y aplicaban un rigor extremo, aunque en ocasiones salían cosas que sorprenden, porque parecen hijas de aquellos tiempos.
La llegada del socialista Mena a la alcaldía parecía que iba a dar el cambio en Urbanismo. Y lo pareció, vaya que lo pareció, pero solamente en el papel, en las buenas intenciones, en decir que todo estaba bien. Durante su primer gobierno cuando lo hacía con Ciudadanos por Arona, esa oficina siguió igual, con los mismos pareceres, los mismos problemas y los mismos retrasos.
La mayoría absoluta fue un cantar al sol en materia urbanística. Dos años con Luis García. Que intentó ca mbiar las cosas, pero al que fulminaron de manera despiadada y al que han arrojado a los leones con dos causas judiciales. Él desveló aunque no llegó a nada, una trama en Urbanismo en la que se tocaba indirectamente al alcalde y poniendo a asesores externos e internos en la picota.
La caída de Luis que llevó a la división del grupo socialista y a las batallas ya de todos conocidas, acabando con un partido Más por Arona, fue por temas urbanísticos. Pero lo cierto es que después de esa caída, nada ha cambiado sustancialmente. Hace dos años se denunció que 800 expedientes se acumulaban sin resolver y que solamente se había hecho un esfuerzo por atender a tres de ellos, relacionados, casualmente, con cosas de Luis García.
Esta parálisis, este Urbanismo tan sufrido y sufriente indica que nada se ha hecho, que las cosas siguen igual, que los técnicos no varían y que los grandes temas ni están ni se le esperan.
Y hace poco el arquitecto principal de esa Oficina pidió y consiguió irse a otra administración porque ya estaba cansado y hastiado de la situación. El alcalde intentó que se quedara, pero fue imposible.
Ahora quedan los mismos, que aunque sean buenas personas, por lo menos a primera vista, no son capaces de cambiar las cosas. Una de esos técnicos, que ya debería jubilarse, se quedó un año más, porque se lo pidieron, pero como dicen por ahí, lo único que hago es estar con mis compañeros, leer los periódicos y tomar café, porque darme cosas, me dan pocas y las que me dan me las tomo con tranquilidad.
Si los ciudadanos viesen lo que en realidad pasa allí, seguro que en mayo tomaría rumbo otra opción, porque el socialismo de Mena ni nada hizo ni nada hará. Y ahí están los hechos.
