La inacción de responsables municipales en Deportes y Servicios Sociales lleva a la desesperación al director del club de Patinaje Artístico en el que hay numerosos menores
“Estoy harto. Estamos hartos”. Su voz suena a cansada, al mismo tiempo que indignada. Nos cuenta que lleva años sufriendo “situaciones de indigencia, insalubridad, acoso, amenazas y agresiones por parte de las personas que habitan en torno a dicha instalación”. Pide a gritos una solución inmediata. “Somos deportistas, menores, personas de este municipio y nos sentimos en situación de vulnerabilidad”.
Pero lejos de mejorar, esta delicada convivencia ha incluso empeorado y continúa imparable. Sorprende ver dentro a jóvenes promesas deslizarse por la pista al son del Cascanueces y fuera colchones tirados, suciedades, personas sin control ninguno, a los cuales muchas cosas que consideramos normales, como respeto, convivencia pacífica, les trae sin cuidado.
Palabras para no olvidar, “de cuatro a diez de la noche están entrando y saliendo menores. Cuando ha pasado algo, o nos tiran piedras o latas de cerveza, llamamos a la Policía y muchas veces pasan con el coche patrulla y ni siquiera se bajan. Y cuando se bajan, nos dicen que no pueden hacer nada. Lo normal es que orinen, hagan sus necesidades en las paredes o se bajen la ropa. Se han llegado a masturbar viendo a las niñas”, añade el también técnico del Axel, quien teme que pase algún suceso grave de verdad. “Ya no sabemos qué hacer. Estamos desesperados. Deportes nos entiende, pero no pueden hacer nada. La concejala nos ha visitado, ha visto lo que está pasando y flipa. Y la de Acción Social nos dice que ella pasa por la mañana y no ve nada. Las madres se le echaron encima porque están indignadas. Ya le hemos dicho que no espere a que pase algo grave para ponerle solución. Nos asegura que van a poner remedio, pero no se resuelve nada. Las puertas siguen estando orinadas y defecadas, los colchones en la entrada y todo lo que van recogiendo de la basura, las van poniendo por fuera del pabellón o en el interior”.
Y así sigue. Hace dos años se reunieron con los responsables de la concejalía de Acción Social con el fin de buscar una solución inmediata y para transmitir la enorme preocupación que sienten los padres de las menores que allí entrenan a diario. “Nos dijeron que iban a estar controlados por un agente de seguridad y con garantías de limpieza. Ninguna de las promesas se ha cumplido”, comentó en su día Adolfo.
¿Ha cambiado algo? Ayer mismo ante un incidente con una de estas personas en las afueras del Pancho Camurria, tanto Deportes, a través de su director, se limitaba a decir que no tenía una varita mágica para solucionar este problema y la de Servicios Sociales, Charín, pues en Belén con los pastores o mejor, en el concurso de murgas, que está bien, pero siendo otra, pues voy allí de inmediato y pregunto, toco, veo la situación. No parece de recibo que esta situación que lleva tanto tiempo sucediendo no acabe. Excusas pocas. Actuar.
Y es que ayer padres y madres ponían el grito en el cielo. “Si la hija del alcalde, si la tuviera y estuviera aquí, seguro que esto no pasaba”, se llegó a escuchar. Y el responsable del club de patinaje, desesperado, angustiado y porque no, enormemente frustrado.
Es lógico, con este panorama, lo normal es que muchos padres hayan decidido quitar a sus hijas de allí. “Hay muchos padres que han quitado a las niñas de los clubes. Esto nos ha afectado bastante, porque no están dispuestos a soportar esto toda la semana. Están contentos con la labor que realizamos, pero están hartos, como nosotros también”, dijo y seguirá diciendo.
Dos concejalías. Un problema. Ninguna solución, No puede ser. Alicia y Rosario. Dos nombres. Una inacción insultante. ¿Hasta cuando? ¿Hasta que pase una desgracia? Pues va camino de eso, mientras la mugre acecha día a día ese templo clásico del deporte.


