Agricultores denuncian que la importación anticipada bloquea la venta de millones de kilos de cosecha local aún sin salida comercial
Soldecanarias.net / Santa Cruz de Tenerife
El sector agrícola de Canarias vuelve a levantar la voz. A pesar de tener disponible gran parte de la cosecha local de papas del verano, millones de kilos del tubérculo isleño siguen almacenados sin salida comercial, mientras las grandes cadenas de supermercados ya ofrecen en sus estantes papas importadas desde Israel.
Los productores habían pedido retrasar la llegada del producto foráneo para dar tiempo a la comercialización del cultivo local a precios razonables, pero sus demandas no han sido atendidas. Como resultado, la papa canaria compite en desventaja con un producto que no solo inunda el mercado, sino que además se vende a precios que dificultan a los agricultores alcanzar márgenes mínimos de rentabilidad.
A día de hoy, supermercados como Lidl e Hiperdino comercializan papa israelí en bolsas de tres kilos, mientras la producción del país, especialmente en las medianías del norte de Tenerife, sigue almacenada, con precios en origen que rondan los 0,60-0,75 euros por kilo. En contraste, el precio de venta al público de la papa importada alcanza los 1,89 euros/kilo, lo que evidencia una diferencia significativa entre lo que recibe el agricultor y lo que paga el consumidor.
El consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, ha advertido que parte de la papa importada contiene “fitosanitarios prohibidos en la Unión Europea que pueden suponer un riesgo para la salud”, mientras organizaciones agrarias insisten en que la decisión de importar sin haber agotado la oferta local pone en jaque la viabilidad del sector primario.
En 2023, Canarias produjo más de 78 millones de kilos de papa, según datos oficiales, pero esa cifra viene en descenso. En la última década, la superficie cultivada ha caído un 40% y la producción un 25%. Mientras tanto, la importación —liderada por Reino Unido, Egipto e Israel— sigue ganando terreno, con 61 millones de kilos traídos a las islas solo en 2024.
La brecha entre lo que perciben los agricultores canarios y el precio en tienda se mantiene elevada, con márgenes que triplican el ingreso por kilo en origen. El panorama vuelve a poner sobre la mesa una pregunta clave: ¿se está protegiendo realmente al producto local o se le está condenando a desaparecer?


