Con solo cinco camiones de ayuda permitidos tras once semanas de cierre, Naciones Unidas y ONG acusan a Israel de agravar deliberadamente una crisis humanitaria sin precedentes.
Soldecanarias.net / Redacciòn
La Franja de Gaza se encuentra al borde del colapso humanitario más grave desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023. Naciones Unidas ha lanzado una alarmante advertencia: 14.000 bebés podrían morir en las próximas 48 horas si no se permite la entrada urgente y masiva de ayuda humanitaria. La situación, marcada por el hambre extrema, la destrucción generalizada y el colapso de los servicios médicos, se agrava con cada hora de bloqueo.
El lunes, Israel permitió la entrada de cinco camiones de ayuda humanitaria, tras más de dos meses de cierre total. Un gesto que el Gobierno de Benjamín Netanyahu presentó como una medida de flexibilización, pero que Naciones Unidas ha calificado como absolutamente insuficiente. “Es una gota en el océano”, denunció Tom Fletcher, jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU. “Esa ayuda debe llegar a los civiles que la necesitan desesperadamente, y se nos debe permitir ampliarla de forma inmediata”.
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) denunció que “lo único que entra en Gaza son bombas” y que “no hay lugares seguros”. Según la organización, los incesantes bombardeos por aire, tierra y mar han provocado centenares de muertes y desplazamientos masivos. La infraestructura civil y sanitaria está prácticamente destruida, y los hospitales son blanco directo de los ataques.
El hospital Naser, uno de los últimos centros parcialmente operativos en el sur de Gaza, fue bombardeado esta semana, al igual que los generadores del Hospital Indonesio, el último en funcionamiento pleno en el norte del enclave. Las organizaciones denuncian un asedio total que impide la llegada de pacientes, personal médico y suministros.
Mientras tanto, el número de víctimas sigue en aumento. Solo en las últimas 24 horas, al menos 53 personas han muerto en ataques israelíes, incluidos mujeres y niños. El ejército israelí alega que sus operaciones buscan impedir que la ayuda llegue a manos de Hamás, pero las agencias humanitarias lo contradicen, alertando de que la población civil está siendo castigada colectivamente.
Organizaciones como Oxfam advierten que el bloqueo no solo mata con bombas, sino con hambre. La limitada ayuda permitida por Israel ni siquiera cubre las necesidades básicas: alimentos, agua potable, atención médica, refugio y combustible escasean hasta niveles extremos.
La respuesta internacional comienza a endurecerse. Reino Unido, Francia y Canadá han advertido que podrían tomar “medidas concretas” contra Israel si no cesa su ofensiva. Además, manifestaron su voluntad de avanzar en el reconocimiento del Estado palestino.
Con más de 53.475 muertos y 121.400 heridos desde el inicio de la ofensiva, la mayoría mujeres y niños, Gaza se enfrenta a una tragedia de proporciones históricas. Las palabras de Netanyahu no auguran un cambio de rumbo: ha prometido “tomar el control total de todas las zonas” de Gaza y limitar la ayuda a lo “mínimo indispensable”, mientras la comunidad internacional clama por un alto el fuego y un corredor humanitario real.


