El presidente insular, Oswaldo Betancort (CC), suspende el pleno y califica de “poco ético” que sus socios populares lo amenacen con acciones penales por retirar del orden del día una iniciativa “sin base legal”
Soldecanarias.net / Redacciòn
La convivencia entre Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP) en el gobierno del Cabildo de Lanzarote atraviesa su momento más delicado tras la moción presentada por los populares para declarar persona non grata al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El conflicto ha escalado hasta el punto de que el presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort (CC), decidió suspender el pleno previsto para este viernes, solicitando un nuevo informe jurídico que respalde su decisión de apartar la iniciativa del orden del día.
La moción, impulsada por la líder del PP insular y presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez, pretendía censurar políticamente la presencia del presidente en la isla, donde suele pasar sus vacaciones de verano. El texto alegaba que Sánchez es una figura “acorralada por la corrupción” y “tolerante con conductas vejatorias hacia la mujer”, asegurando que su presencia es rechazada por “el sentir mayoritario del pueblo de Lanzarote”.
Sin embargo, los datos electorales contradicen esa afirmación: el PSOE fue el partido más votado en todos los municipios lanzaroteños en las últimas elecciones generales, y también lideró los resultados al Cabildo insular, con el doble de escaños que los populares.
Betancort defendió la retirada de la moción amparado en un informe de Secretaría que concluía que el Cabildo carece de competencias para emitir declaraciones como la propuesta por el PP, por lo que, en caso de ser aprobada, sería jurídicamente nula. La decisión fue respaldada por los grupos de CC, PSOE y el grupo mixto durante la Junta de Portavoces.
El PP reaccionó con dureza. Apenas 24 horas antes del pleno, registró un escrito donde advertía al presidente del Cabildo de posibles consecuencias penales si no se permitía debatir la moción. Para Betancort, este gesto supuso una grave ruptura del respeto institucional: “Es poco ético que mis socios de gobierno no me llamaran siquiera antes de presentar un escrito con amenazas. Me parece surrealista”, afirmó durante una rueda de prensa convocada tras la suspensión del pleno.
El presidente insular insistió en que su decisión no responde a intereses partidistas: “He actuado con responsabilidad institucional. Lo fácil habría sido llevar la moción a pleno y que se aprobara o rechazara, pero mi obligación es asegurar la legalidad de cada paso que se da en esta institución”.
La crisis entre CC y PP no es nueva. Ya en enero, los populares pidieron por escrito la destitución de uno de sus propios consejeros, Jacobo Medina, del cargo de vicepresidente del Cabildo. En marzo, Pérez lo cesó como secretario general del PP en la isla. Estos episodios revelan tensiones internas que ahora se proyectan en el gobierno insular.
Desde el PSOE, principal partido de la oposición, la moción ha sido calificada como una “vergüenza institucional” y un “bochorno político”. “Es un ataque populista al margen de la legalidad que desprestigia al Cabildo”, señaló un portavoz socialista.
Por ahora, el futuro del pacto entre CC y PP en Lanzarote queda en entredicho. La crisis abierta por una moción simbólica pero incendiaria ha dejado al descubierto profundas diferencias estratégicas y una fractura en la confianza entre los socios de gobierno.
