En un triste acontecimiento, se ha dado a conocer el fallecimiento de la destacada actriz y política socialista británica, Glenda Jackson, a la edad de 87 años. Jackson, quien fue ganadora de dos premios Oscar y posteriormente se involucró activamente en la política durante 23 años en el Parlamento británico, dejó este mundo tras una breve enfermedad, según informó su agente.
La vida de Glenda Jackson fue una notable combinación de talento artístico y pasión por el servicio público. Antes de su incursión en la política, su nombre ya era reconocido en el teatro, la televisión y el cine, pero decidió alejarse de la profesión que amaba para dedicarse a una nueva vocación: la defensa de los derechos de los trabajadores y la lucha por la igualdad social.
Nacida como una de las cuatro hijas de un albañil y una señora de la limpieza en el noroeste de Inglaterra, Glenda Jackson nunca olvidó sus humildes orígenes. A medida que se ganaba el reconocimiento como una de las mejores actrices de su generación, su deseo de dar voz a las clases trabajadoras se hizo cada vez más fuerte. Fue así como decidió abandonar los reflectores y buscar una plataforma más amplia para su activismo.
Antes de su carrera política, Jackson asistió a la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Art de Londres después de haber dejado la escuela a temprana edad para trabajar en una tienda. Su talento y dedicación la llevaron a ganar su primer premio Oscar en 1971, como actriz principal, por su interpretación de una artista testaruda en la adaptación cinematográfica de la novela de D.H. Lawrence, ‘Mujeres enamoradas’. Tres años después, obtuvo su segundo Oscar por su destacado papel en ‘Un toque de clase’, una comedia romántica dirigida por Melvin Frank.
Sin embargo, su éxito en el mundo del cine no la alejó de su compromiso con la sociedad y la justicia. En 1992, Glenda Jackson ingresó al Parlamento británico, donde se desempeñó como miembro del Partido Laborista durante más de dos décadas. Durante su tiempo en el parlamento, destacó por su incansable defensa de los derechos de los trabajadores, la igualdad de género y la justicia social.
La partida de Glenda Jackson deja un vacío en el mundo del arte y la política, pero su legado perdurará. Su valentía y dedicación para utilizar su fama y su voz en beneficio de los más desfavorecidos la convierten en un ejemplo a seguir. Su pasión por la justicia social y su incansable lucha por los derechos de los trabajadores han dejado una huella imborrable tanto en el mundo del cine como en la política británica.
La contribución de Glenda Jackson en la promoción de la igualdad y la justicia será recordada por generaciones futuras. Su trayectoria nos enseña que el arte y la política pueden ir de la mano para generar cambios significativos en la sociedad.
