Sin un claro favorito, los cardenales se enfrentan al reto de elegir un papa que combine carisma pastoral con habilidad de gestión
Soldecanarias.net / Redacciòn
El Vaticano vuelve a ser el centro de atención mundial con el inicio de un cónclave marcado por la incertidumbre. A diferencia de ocasiones anteriores, no hay un candidato destacado ni bloques claramente definidos. Tras doce reuniones preparatorias —las llamadas congregaciones generales— los cardenales electores aún no se conocen lo suficiente como para formar consensos sólidos. En el ambiente flotan hasta 30 nombres, muchos de ellos poco conocidos, lo que aumenta la sensación de imprevisibilidad.
El legado del papa Francisco, que durante 12 años imprimió un estilo cercano, reformista y pastoral, condiciona fuertemente las expectativas. Se busca un sucesor con carisma y empatía, pero también con capacidad de gobierno, claridad doctrinal y habilidad para navegar la compleja maquinaria vaticana. La fórmula ideal parece difícil de encontrar, y la mayoría de los electores apuestan por una línea de continuidad moderada: un pontífice que mantenga el espíritu de apertura sin renunciar al orden institucional.
“El próximo papa no puede ser solo simpático. Tiene que saber gobernar y unificar”, comentaba un cardenal europeo de forma confidencial. La falta de una figura dominante deja espacio a las sorpresas. Entre los mencionados figuran cardenales de África, Asia y América Latina, algunos con perfiles fuertes en pastoral, otros con experiencia en la Curia romana.
El británico Timothy Radcliffe, el filipino Luis Antonio Tagle, el húngaro Péter Erdő o el argentino Víctor Fernández son algunos de los nombres que circulan, pero todos con apoyos parciales y sin un consenso firme.
Este cónclave, que arranca con la tradicional misa Pro eligendo Pontifice, podría ser uno de los más largos de las últimas décadas. La Iglesia busca un líder que no solo represente, sino que también dirija con claridad en tiempos de polarización interna y desafíos globales.


