Editorial:
Mohamed Jamil Derbah es asesor internacional de varios países africanos y empresario hotelero, ademas de presidente gerente del grupo de comunicacion Sol de Canarias
Conocemos bien nuestra historia y sabemos cómo están las cosas. Entendemos que en
nuestra tierra el desarrollo de la gente no ha sido parejo y que la falta de integridad en el
gobierno nos ha dejado desilusionados. La palabra política tiene ya una mancha desde
que se le pronuncia y la profesión política tiene un desprestigio ciego, indistintamente
de quién la ejerza.
Estoy aquí por responsabilidad. Porque, al igual que ustedes, no me gusta cómo se
conduce la política en esta isla y concretamente en un municipio del Sur. Porque
estamos todos de acuerdo en que hay que cambiar la manera en que se manejan las
instituciones y que hay que recuperar la dignidad del ciudadano, y hacerlo todo a pesar
de nuestras diferencias de opinión.
Pero también estoy aquí por el gusto de trabajar por esta tierra, en la que he echado
raíces, hecho y desarrollado amistades y formado una gran familia. Porque he crecido
como persona en Tenerife y tengo el gusto de representar a mi gente que es de carácter
y opiniones firmes y de buen corazón, con temple y voluntad de trabajo.
Yo quiero ser una voz en esta isla, en este Sur para denunciar a viva voz las injusticias y
lo que nos pasa, desde lo más pequeño a lo más grande
Amigos, hemos perdido el rumbo en el ejercicio de la política municipal. En vez de ser
un mecanismo para la creación de consensos que nos permita resolver problemas
comunes, se ha convertido en un ambiente mezquino, en donde la difamación, el
exabrupto y la guerra sucia son la norma y donde existe poco debate congruente.
No debemos de romper con el sistema sino rehabilitarlo. Debemos estar dispuestos a
una nueva forma de hacer política: con cortesía y respeto, con transparencia y
honestidad, con firmeza pero también apertura. Las líneas partidistas, deberán pasar a
un segundo plano.
Pero esto debe fundarse en el desarrollo humano porque la persona y su óptima
formación y sustento la mejor inversión que podemos hacer para el futuro de nuestro
isla y nuestro Sur. Es necesario fortalecer la economía de nuestros municipios y
optimizar la infraestructura de ellos. Pero no la gran infraestructura novedosa, sino la
infraestructura vital que tanta gente necesita.
Temas tan básicos y necesarios como agua, drenaje, iluminación; una adecuada
distribución vial y movilidad urbana y un sistema de transporte público de suprema
calidad.
El desarrollo deberá ser sustentable, planeado con la mayor inteligencia para proteger y
conservar un equilibrio responsable con el medio ambiente y asegurar el bienestar de
generaciones futuras.
Ha llegado el momento de recuperar la dignidad de nuestras instituciones democráticas
y el mejor vehículo para lograrlo es la democracia misma. Y en esa labor me
encontraran, siempre.


