23.7 C
Tenerife
jueves, noviembre 13, 2025

Guinea-Bissau al borde del abismo: el pueblo se levanta por la libertad política

Manifestaciones masivas denuncian la deriva autoritaria del presidente Umaro Sissoco Embaló y la prohibición de la participación de partidos opositores.

Soldecanariasa.net / Bissau

Guinea-Bissau enfrenta hoy una encrucijada histórica. Las manifestaciones no solo expresan frustración ante un gobierno que limita derechos, sino también un renacer cívico que podría reavivar la promesa inconclusa de la independencia: la libertad política.
El desafío  como tantas veces en África occidental será transformar la protesta en reforma, sin que el autoritarismo apague de nuevo la voz de su pueblo.

Guinea-Bissau enfrenta hoy una encrucijada histórica. Las manifestaciones no solo expresan frustración ante un gobierno que limita derechos, sino también un renacer cívico que podría reavivar la promesa inconclusa de la independencia: la libertad política.
El desafío  como tantas veces en África occidental será transformar la protesta en reforma, sin que el autoritarismo apague de nuevo la voz de su pueblo.

Guinea-Bissau enfrenta hoy una encrucijada histórica. Las manifestaciones no solo expresan frustración ante un gobierno que limita derechos, sino también un renacer cívico que podría reavivar la promesa inconclusa de la independencia: la libertad política.
El desafío  como tantas veces en África occidental será transformar la protesta en reforma, sin que el autoritarismo apague de nuevo la voz de su pueblo.

Las calles de Guinea-Bissau, pequeño país de África Occidental marcado por décadas de inestabilidad, volvieron a llenarse de voces que claman “Liberdade! Basta já!”. Las recientes manifestaciones, reprimidas con gases lacrimógenos y detenciones, revelan un malestar profundo ante la deriva autoritaria del presidente Umaro Sissoco Embaló, quien prolonga su mandato entre denuncias de represión y exclusión política.

Desde que Embaló asumió el poder en 2020, la vida política del país ha entrado en un torbellino. La disolución del Parlamento, la persecución a líderes opositores y la prohibición de actos partidistas han erosionado los frágiles cimientos democráticos de Guinea-Bissau. En 2024, las autoridades vetaron manifestaciones públicas y bloquearon la inscripción de partidos rivales, alegando motivos de seguridad nacional.
La medida dejó al país sin una oposición visible y consolidó el poder del Ejecutivo en torno a un círculo de leales.

“No se trata solo de elecciones; se trata de poder hablar sin miedo”, explica un manifestante anónimo citado por la organización Media Foundation for West Africa. “Hoy, cualquier crítica puede llevarte a prisión”.

Una democracia en respiración asistida

Informes de Freedom House califican a Guinea-Bissau como “parcialmente libre”, alertando sobre la reducción de libertades civiles y el control del Estado sobre los medios y la justicia. El PAIGC, histórico partido de independencia, fue impedido de presentar su candidatura en los últimos procesos, mientras periodistas y activistas denuncian hostigamientos y cierres arbitrarios de medios.

El conflicto institucional se agravó cuando Embaló, amparado por una interpretación favorable del Tribunal Supremo, extendió su mandato más allá de febrero de 2025, provocando un rechazo frontal de la oposición y de amplios sectores sociales.
Para muchos observadores, la maniobra recuerda las estrategias de “presidencias eternas” que han marcado otros regímenes en la región.

El eco regional de una crisis

Las protestas de Bissau no son un fenómeno aislado. Desde Dakar hasta Conakry, África Occidental atraviesa un ciclo de retrocesos democráticos y tensiones entre gobiernos civiles y militares. En ese contexto, Guinea-Bissau aparece como un espejo de advertencia: un país donde los ideales de libertad que inspiraron su independencia se ven asfixiados por la concentración del poder y la represión del disenso.

Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela. La CEDEAO y la Unión Africana han llamado al diálogo, pero en las calles el clamor popular sigue creciendo. Las pancartas son claras: “Queremos votar, no callar.”

Un país que busca su voz

A pesar del miedo y la represión, las manifestaciones recientes demuestran que la sociedad bissau-guineana no ha renunciado a la esperanza. En los barrios de Bissau, los jóvenes se organizan en redes cívicas, artistas y periodistas independientes documentan los abusos, y el grito de libertad se multiplica en radios comunitarias y redes sociales.

“El futuro de Guinea-Bissau se decidirá entre el silencio y la resistencia”, escribía un columnista local en O Democrata.
Por ahora, la voz del pueblo parece dispuesta a romper el silencio.

Artículos Realacionados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Redes Sociales

3,912SeguidoresSeguir
22,800SuscriptoresSuscribirte
- Advertisement -spot_img

Últimos Artículos

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad