Proyectos como Cuna del Alma o La Tejita evidencian, según la ONG, una reactivación del modelo urbanístico que ignora la crisis climática
Soldecanarias.net / Redacciòn
Canarias vuelve a estar en el centro de la polémica ambiental. Greenpeace ha incluido al Archipiélago entre los territorios más afectados por lo que define como “explotación costera”, señalando directamente a macroproyectos como Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje, o el hotel de La Tejita, en Granadilla de Abona, como ejemplos de un modelo urbanístico que considera obsoleto y perjudicial en plena crisis climática.
En su informe “Destrucción a toda costa: impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral”, la organización ecologista alerta de que lejos de adaptarse a la realidad de la emergencia climática, muchas administraciones están reactivando un “viejo modelo expansionista” con desarrollos turísticos en zonas vulnerables. La crítica de Greenpeace es clara: “La gestión del litoral no avanza al ritmo que exigen los impactos del cambio climático”.
En el caso de Canarias, el documento recopila varios proyectos recientes y otros en fase de planeamiento que, según denuncia la ONG, intensifican la presión sobre un entorno costero ya amenazado por la subida del nivel del mar, la erosión y el aumento de fenómenos extremos.
Entre los casos destacados figura el macrocomplejo Cuna del Alma, que prevé 3.600 camas turísticas en uno de los últimos espacios vírgenes del sur de Tenerife. Sus obras han sido objeto de paralizaciones y expedientes administrativos, pero continúan avanzando tras la llegada al poder de CC y PP en el Gobierno de Canarias.
También menciona el hotel de La Tejita, construido en un suelo hoy considerado de “alto riesgo acumulado” por el propio Ejecutivo canario, así como el Plan Parcial de Hoya Grande (con campo de golf y más de 1.600 plazas adicionales), o el caso de Underwater Gardens, un parque marino que ocuparía más de diez hectáreas de suelo protegido.
Greenpeace pone el foco en el mensaje contradictorio de muchos promotores, que presentan estos proyectos como sostenibles o de “turismo de calidad”, mientras transforman profundamente ecosistemas ya degradados. La ONG alerta del auge de un turismo de lujo que “busca elitizar la experiencia” en zonas donde el suelo disponible es cada vez más escaso.
La organización también se detiene en la situación de La Aldea de San Nicolás, en Gran Canaria, donde se proyectan más de 1.400 plazas hoteleras en un municipio que apenas cuenta con 185 camas y que es uno de los enclaves agrícolas más importantes de la isla.
“Mientras los impactos climáticos muestran su crudeza, la administración canaria permite proyectos que recuperan modelos del pasado que ya están obsoletos”, ha declarado Elvira Jiménez, coordinadora de campañas de Greenpeace, en referencia al papel de las instituciones públicas en la proliferación de estos desarrollos.
El informe no se limita a la denuncia. Plantea alternativas basadas en la renaturalización de las costas, la protección de los últimos tramos vírgenes y la restauración de ecosistemas dunares y marinos como barreras naturales frente al avance del mar.
Desde Sol de Canarias, seguiremos atentos a las respuestas de las administraciones implicadas y a las posibles consecuencias de este informe a nivel político, ambiental y judicial.


