Mohamed Yamil Derbah empresario hotelero, asesor internacional de varios países extranjeros y Gerente, Presidente del Grupo de comunicación Sol de Canarias, manifiesta que “Lo peor está por venir y para muchas personas 2023 se sentirá como una recesión”, advirtió el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre-Olivier Gourinchas.
Reconociendo que se «acumulan nubes de tormenta», el organismo anunció sus proyecciones económicas globales sin mucho espacio para el optimismo dada la actual coyuntura internacional.
Para este año estima un crecimiento económico mundial de 3,2% y para el siguiente de solo 2,7%.
Aunque algunos países lo están pasando peor que otros, al menos un tercio de las economías del mundo corre el riesgo de caer en una recesión el año que viene, señaló el FMI.
Temor por los efectos de la inflación en Canarias a partir de 2023
La Cámara de Santa Cruz mantiene las perspectivas de crecimiento para 2022, pero dependerá del turismo de invierno
Entre los economistas, comerciantes y autoridades se percibe cierto temor al hablar de 2023. A principios de año las perspectivas de futuro eran muy alentadoras. Las restricciones por el COVID-19 empezaban a eliminarse y regresaba a los aeropuertos canarios el dulce trasiego de turistas británicos, alemanes y holandeses que anunciaban pasos decididos hacia la recuperación. Sin embargo, la guerra de Rusia y Ucrania ejecutó de un plumazo el entusiasmo que había envuelto al 2022. Y ahora los expertos son prudentes al compartir sus previsiones y adoptan un gesto serio al hablar del devenir económico que nos espera.
La invasión rusa de Ucrania, que sigue «desestabilizando poderosamente» la economía mundial y ha llevado a Europa a una «crisis energética severa», así como la espiral de inflación en todo el mundo y la desaceleración de la economía china, son para el FMI los factores que están marcando la evolución económica mundial y seguirán haciéndolo en un futuro próximo.
De nuevo, Canarias se encomienda a los turistas para que amortigüen el golpe. El miedo es no saber cómo se comportará el visitante alemán, aunque por el momento, los hoteleros aseguran que las reservas para la temporada de invierno son positivas.
Entidades como CEOE Tenerife o BBVA Research ya han rebajado sus previsiones de crecimiento en Canarias por la actual coyuntura económica, que provocará «una menor demanda europea de bienes y turismo».
Sin embargo, el director territorial de Caixabank en Canarias, Juan Ramón Fuentes, insistió en que «a pesar del pesimismo, las perspectivas más inmediatas son relativamente positivas debido a la resiliencia del mercado laboral, el ahorro acumulado, al despliegue de los fondos europeos NGEU y a la vigorosa recuperación del sector turístico”.
El gigante asiático también está en apuros
Por otro lado China, uno de los mayores motores del comercio internacional, tampoco está pasando por un buen momento.
Su política de «covid cero», que ha implicado continuos confinamientos y cierre de actividades comerciales, le ha pasado factura a la mayor economía asiática, que además enfrenta una crisis del mercado inmobiliario, una menor demanda mundial por sus productos y un yuan muy debilitado frente al dólar.
Si China se frena bruscamente, arrastra consigo a muchos países que tienen al gigantes asiático entre sus primeros socios comerciales. El FMI espera que este año tenga un crecimiento de 3,2% y el próximo de 4,4%.
Y es que la desaceleración de China se ha convertido en uno de los factores que más afecta el rumbo económico mundial, especialmente por los graves problemas que está produciendo en las cadenas de suministro.
Algo que, destaca el organismo, seguirá «pesando fuertemente sobre el comercio y la actividad globales».
Mientras el aumento en el precio de algunas materias primas en los mercados internacionales le ha dado un respiro a varias economías latinoamericanas -actuando como «un colchón» para amortiguar la crisis- también ha encarecido los costos de otros productos importados.
El problema es que si hasta ahora las cosas han estado difíciles, con niveles de inflación no vistos en décadas y con las heridas que dejó la pandemia aún expuestas, el panorama futuro parece ser muy desafiante.
«Se espera que el crecimiento de la región se ralentice a finales de 2022 y en 2023 a medida que el crecimiento de los países socios se debilite, las condiciones financieras se endurezcan y los precios de las materias primas se suavicen», argumenta el FMI.
Y agrega que el costo de la vida seguirá escalando. Para este año pronostica una inflación promedio de 14,1% y de 11,4% para el próximo.
La amenaza más inmediata
En medio de este panorama, el crecimiento global sigue siendo frágil.
Tan frágil, que si se excluye la crisis económica de 2020 por la pandemia de covid-19, el desempeño del próximo año sería el más débil desde 2009, cuando la «gran crisis financiera» provocó una especie de terremoto económico.
Con la incertidumbre que genera la guerra en Ucrania aumentando los precios de los alimentos y la energía que ya venían altos tras el brote de coronavirus-y las tasas de interés al alza, la repercusión del frenazo económico no da señales de amainar pronto.


