Artículo de Opinión
Mohamed Jamil Derbah
Consejero especial del Primer Ministro de Guinea-Bissau, asesor de países africanos, empresario turístico en Tenerife y presidente del Grupo de Comunicación Sol de Canarias
Vivimos en un siglo que, pese a sus avances científicos, tecnológicos y culturales, parece seguir arrastrando las sombras del pasado. Los conflictos bélicos que se intensifican en diferentes regiones del planeta desde Oriente Medio hasta Europa del Este son recordatorios dolorosos de que la humanidad aún no ha aprendido del todo a resolver sus diferencias sin recurrir a la violencia.
No vengo hoy a tomar parte por uno u otro bando. Ni a justificar ni a señalar culpables. Escribo estas líneas, como ciudadano del mundo, como africano profundamente comprometido con la paz en el continente y fuera de él, y como ser humano preocupado por el rumbo que estamos tomando como civilización. La historia nos ha enseñado que ningún conflicto se gana verdaderamente cuando se pierde la vida de inocentes, cuando se destruyen generaciones, cuando el odio sustituye a la esperanza.
Desde mi experiencia como asesor internacional y observador directo de las tensiones que golpean a naciones enteras, puedo afirmar que la diplomacia sigue siendo el camino más corto y más humano hacia soluciones duraderas. Ningún misil, ninguna represalia, ningún ataque preventivo ha traído estabilidad real. Solo el entendimiento, el respeto mutuo y la voluntad de sentarse a dialogar son capaces de apagar fuegos que amenazan con consumirnos a todos.
Los paises con conflictos belicos saben bien lo que es sufrir guerras eternas que solo dejan cicatrices. Y también sabe lo que significa reconstruir, reconciliarse y renacer desde el respeto a las diferencias. Es por eso que desde este rincón atlántico en el que hoy tengo la fortuna de vivir Tenerife, lugar de encuentro de culturas alzo mi voz para pedir sensatez.
Hoy, más que nunca, el mundo necesita líderes valientes. Pero no valientes para ir al frente de batalla, sino valientes para firmar la paz. Necesitamos valentía para escuchar, para ceder, para entender al otro. No es debilidad buscar consenso, es la forma más noble de ejercer el poder.
A los gobiernos, a los organismos internacionales, a los medios de comunicación, a las sociedades civiles: les corresponde encender la luz del diálogo antes de que nos invada por completo la oscuridad de la guerra.
Como presidente del Grupo de Comunicación Sol de Canarias, creo en el poder transformador de la palabra, en la capacidad del periodismo para ser puente, no trinchera. Hoy más que nunca, debemos usar nuestras voces para construir puentes de entendimiento, no muros de odio.
La humanidad ya ha llorado suficiente. Que el siglo XXI no sea recordado como otro siglo perdido entre conflictos. Que sea, por fin, el siglo del consenso, del respeto y de la paz.
Mohamed Jamil Derbah
Consejero especial del Primer Ministro de Guinea-Bissau
Asesor de países africanos
Empresario turístico en Tenerife
Presidente del Grupo de Comunicación Sol de Canarias


