Safaris de todoterrenos, motos y quads, aparcamientos ilegales y conductas incívicas reflejan el descontrol en el Parque Nacional, incluso en jornadas no festivas.
Soldecanarias.net / Redacciòn
El Parque Nacional del Teide, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, volvió a sufrir un colapso de tráfico y visitantes similar al registrado en fechas festivas. A pesar de ser un día laboral, imágenes difundidas en redes sociales muestran largas hileras de todoterrenos, quads y motocicletas estacionados de forma irregular, giros prohibidos, atascos en tramos de carretera y escenas de turistas cruzando sin precaución o incluso orinando en los márgenes de la vía.
La situación recuerda a la vivida el pasado 15 de agosto, cuando miles de personas acudieron a Las Cañadas coincidiendo con la festividad de La Candelaria, provocando escenas de caos y riesgo. Desde entonces, tanto el Cabildo de Tenerife como el Gobierno regional han anunciado nuevas medidas de control y un futuro plan rector que limitará el acceso en coche en determinadas horas. Sin embargo, las estampas de este miércoles evidencian que la problemática continúa sin solución inmediata.
Testigos presenciales señalan especialmente a los denominados “safaris turísticos” organizados por empresas privadas, en los que convoys de más de diez todoterrenos ocupan tramos completos de carretera para detenerse a contemplar el atardecer o el mar de nubes. A ello se suman motocicletas y quads que agravan la saturación de las vías y multiplican los riesgos de accidentes.
El deterioro ambiental y el descontrol del tráfico en el Teide es una preocupación recurrente desde hace décadas, pero vecinos, colectivos ecologistas y visitantes alertan de que la situación ha alcanzado un punto crítico. La proliferación de prácticas poco sostenibles y la ausencia de medidas efectivas alimentan la percepción de un parque desbordado por la presión turística.
Mientras se espera la aprobación definitiva del nuevo plan rector, que establecerá restricciones al acceso de vehículos privados, el Teide sigue enfrentando episodios de masificación que ponen en entredicho tanto la seguridad vial como la preservación de uno de los espacios naturales más emblemáticos de Canarias.


