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viernes, diciembre 5, 2025

«El pacto, San Bartolome de Tirajana

San Bartolomé de Tirajana. Municipio rico, pleno de todo lo que uno puede imaginar y más. Y como tal ha dominado el escenario de la isla de Gran Canaria desde hace dos legislaturas, pero no por sus excelencias, que son muchas, sino por los manejos, esto es ya un sonsonete agotador, de una política socialista, alguien a la que llaman Conchi, la de la cementera, no como alcaldesa sino como vecina.

Resulta alucinante todo esto de verdad. Una mujer que al mando de la nave la ha llevado a puertos extraños, esos donde se dilucidan congresos funcionariales, de historias oscuras en Urbanismo y como no el espectáculo de unas oposiciones a Policía Local que aunque se han concluido, siguen dando de sí y de qué manera. Narváez, así de simple, pero rotunda. Por sus manos paso todo el poder, toda la gloria y que la llevo a un final de legislatura convulso e inquietante.

2019-2023. Fue la legislatura de la cementera, porque ese asunto resume todo en sí lo que significó el reinado de la alcaldesa socialista que en sus días de gloria tuvo incluso al entonces presidente del gobierno, Ángel Víctor Torres, a sus pies. Una cementera que apoyaba en secreto, pero que públicamente se pronunciaba contra ella, pero como vecina. Un doble juego que la llevo incluso a jugar con sus socios, a los que fue aniquilando poco a poco, convirtiéndoles en meras comparsas, incluido el ínclito Marco Aurelio Pérez.

Por eso las últimas elecciones municipales estuvieron muy apretadas, con un premio muy repartido donde casi se da el cuádruple empate, y aunque el resultado haya estado igualado, el resultado de las negociaciones ha provocado destinos muy diferentes para sus actores.

Marco Aurelio ‘resucitado’ alcalde, Alejandro Marichal acaricia la gloria pero no conquista el trono, Samuel Henriquez se mantiene pero no suma/llega y Conchi Narváez pone fin a su carrera en la política, no por su resultado electoral sino por su pésima negociación aconsejada por Carlos Álamo para entrar en el gobierno.

Acto primero: Marco Aurelio resucita y se hace con la alcaldía y es que ha demostrado ser el más listo de la clase y todo un veterano del politiqueo local, ya que antes de abrir las urnas ya tenía dos posibles pactos cerrados y varias vías de gobierno activadas.

Como bien decía, antes de las elecciones ya tenía cerrado con Samuel Henríquez para gobernar con él si los números le daban y a la misma vez también mantenía un pacto de palabra con Conchi Narváez para gobernar con ella si los números le daban también, ya que Marco Aurelio tenía muy claro que no habría ninguna mayoría absoluta, aunque fuese vendiendo la moto con su encuesta súper ‘secreta’ y muy típico de él sobre su «mayoría absoluta bastante holgada pero ni siquiera raquítica», pero de lo que él estaba muy seguro es que estaría en el nuevo gobierno.

Acto segundo: Se abren las urnas y Samuel Henríquez queda eliminado de la partida, ya sólo queda Marco Aurelio, Alejandro Marichal y Conchi Narváez. 

El pacto en el gobierno de Canarias entre CC y PP condiciona al mismo pacto en San Bartolomé de Tirajana, y lo natural y políticamente correcto es que CC y PPAV pacten una alcaldía de 2 años más 2 años. ¿Pero que ha sucedido para que sea Marco Aurelio alcalde 4 años? Lo cierto y todo hay que decirlo es que Marco Aurelio se movió antes y mejor que sus rivales, el líder de PPAV negoció directamente con las altas esferas de Coalición Canaria y del Partido Socialista, y aunque su partido PP le indicaba que debía pactar con CC la intención de Marco Aurelio era pactar con Conchi Narváez, para tener una legislatura más tranquila con todo el protagonismo del gobierno para él ya que su rubia preferida estaría más preocupada y ocupada en seguir modelando su cuerpo que en gestionar sus áreas.

Ahora tenía ya dos preacuerdos reales de gobierno y en los dos él era alcalde por 4 años, engañó a Conchi Narváez haciéndola creer que ella también sería alcaldesa, pero con la única condición de que ella no negociara con Alejandro Marichal.

Y “voilá” así es como Marco Aurelio cerró el camino a un pacto de CC + PSOE y dejó en la estacada a Conchi Narváez.

Acto tercero: Marco Aurelio tiene todo atado y bien atado y como el mejor de los magos se inventa una distracción para marear aún más la perdíz con su octavo concejal = otra trola como su mayoría holgada y mientras todos esperaban a ver que sucedía en la Junta Electoral de Telde (su verdadero municipio) con el octavo concejal, el PPAV ya tenía redactado el documento de pacto de gobierno, donde sólo faltaba la firma de su presunto socio o presunta socia, y con esta nueva fantasía engatusó al tercero y nuevo candidato, NC. Tremendo arte y juego de cintura que tiene MA a pesar de su avanzada edad.

Por esos días Alejandro Marichal tenía instrucciones de negociar únicamente con el PP, pero Coalición Canaria no sabía que Marco Aurelio les chantajearía con un posible pacto de Marco Aurelio y Conchi Narváez, y si querían entrar en el gobierno sería solo y exclusivamente con las condiciones que pusiese PPAV.

Entonces Alejandro Marichal, que prefería pactar con el PSOE, jugándose el tipo con su partido inició conversaciones furtivas con Carlos Álamo primero, para luego seguidamente y un día después  con Conchi Narváez, para ser él el alcalde y que Conchi eligiera para ella y los suyos lo que quisiera.

Pero el engaño de Marco Aurelio había surtido ya efecto, y Conchi Narváez se negó rotundamente a negociar con Marichal, para un pacto con Coalición Canaria exigiendo para ella la alcaldía a pesar de tener un concejal menos, y eso era para ella una condición innegociable.

Acto cuarto: Los pretendientes Marco Aurelio y Alejandro Marichal se vieron obligados por la cabezonería de Conchi más el pacto en el gobierno de Canarias a pactar en lo que es un pacto de gobierno amargo o mejor dicho agridulce para ambos.

Y Conchi Narváez que fue la pretendida por ambos, a la que le prometieron lo que ella quisiera, se ve en la oposición porque jugó conjuntamente con Carlos Álamo muy mal sus cartas. Ella estaba segura que Marichal y Marco Aurelio nunca pactarían, y creía que sería la alcaldesa a pesar de ser la tercera en votos, y sobre todo por algún extraño motivo pensó que Marco Aurelio le debía algún tipo de lealtad debido a su protección total al niño bonito de MA, el súper comisario que tanto la vaciló y jugó con ella pero solo sirviendo los intereses y siguiendo las directrices de MA.

Aunque las malas lenguas dicen que en el fondo lo que Conchi Narváez realmente quiere es el sueldo de portavoz de la oposición, mientras acude al gimnasio y asiste a un pleno al mes.

Lo que todavía nadie comprende es esa confianza total en la mano derecha de MA, quien a su vez mantenía informado puntualmente a su verdadero patrón, que fue quien le regalo esa plaza de comisario, de todo lo que acontecía y todavía acontece en ese Ayuntamiento.

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