Los no residentes pagarán hasta 25 euros, mientras que los tinerfeños estarán exentos. La medida busca preservar el Parque Nacional más visitado de Canarias y reforzar la seguridad de los visitantes.
Soldecanarias.net / Santa Curz de Tenerife
El Parque Nacional del Teide, emblema natural de Tenerife y Patrimonio Mundial de la UNESCO, estrenará en 2026 un sistema de cobro y control de accesos en algunos de sus senderos más emblemáticos. El Cabildo insular ha aprobado la aplicación de la primera ecotasa insular, que afectará principalmente a los itinerarios de alta montaña, como el sendero nº 10 “Telesforo Bravo” y el sendero nº 7 “Montaña Blanca – Rambleta”, por los que se podrá llegar hasta la cima del volcán o sus inmediaciones.
La tarifa variará en función de la procedencia del visitante. Los residentes en Tenerife y los menores de 14 años estarán exentos, mientras que el resto de canarios abonarán entre 3 y 6 euros. Para los turistas internacionales, la tarifa será más elevada: entre 10 y 25 euros, dependiendo del sendero, la fecha de la visita y si se realiza acompañado de guías acreditados.
Según la presidenta insular, Rosa Dávila, esta medida “responde a la necesidad de proteger un espacio frágil que recibe más de cuatro millones de visitantes al año. No se trata de un impuesto, sino de un servicio de información e interpretación que ayudará al visitante a comprender el entorno y contribuirá a su conservación”.
El nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) también contempla restricciones adicionales: cupos diarios limitados a 300 personas, reservas obligatorias en la plataforma Tenerife ON, equipamiento mínimo obligatorio (ropa y calzado de montaña, agua, alimentos energéticos y material de seguridad), y un sistema sancionador que puede imponer multas de hasta 600 euros por incumplimiento.
Los accesos estarán además organizados por tramos horarios, con especial control en los momentos de mayor demanda: amanecer y atardecer. Hasta un 80 % de los permisos de madrugada se reservarán a quienes pernocten en el Refugio de Altavista, con el fin de fomentar un turismo de estancia y reducir la presión de las excursiones rápidas.
La introducción de esta ecotasa supone, según el Cabildo, “un paso firme hacia un modelo turístico más sostenible y seguro”. Con ello, se pretende equilibrar el disfrute de los visitantes con la preservación de un patrimonio natural único, garantizando que las futuras generaciones puedan seguir ascendiendo a la cumbre del Teide bajo parámetros de sostenibilidad y responsabilidad compartida.


