Un penalti ignorado y un gol anulado avivan la indignación en el Heliodoro y agravan el drama de un equipo que agoniza.
Soldecanarias.net / Redacciòn
La injusticia arbitral se cebó en el Heliodoro
En una noche marcada por la frustración y la rabia, el CD Tenerife vio cómo se le escapaba una victoria clave ante el Eibar (1-1). Una vez más, la actuación arbitral fue decisiva: un penalti claro sobre Bodiger ignorado por Sánchez Villalobos y un gol anulado sin justificación a Maikel Mesa arruinaron las opciones de un conjunto que ya roza el descenso.
El ambiente en el Heliodoro Rodríguez López terminó incendiado, con pañoladas y cánticos de protesta dirigidos a un arbitraje que dejó a los blanquiazules sin apenas margen de reacción.
Del penalti ignorado al mazazo del primer gol
El partido arrancó igualado, pero pronto llegó el primer escándalo. Cristian, defensor del Eibar, propinó una dura entrada en plancha a Yan Bodiger dentro del área. Pese a la claridad de la acción, ni el árbitro ni el VAR intervinieron.
Del posible 1-0 para los locales se pasó al 0-1 en la misma jugada: Guruzeta aprovechó el desconcierto defensivo para batir a Badia, sumiendo en el desconcierto a jugadores y afición tinerfeñista.
Errores propios en un clima enrarecido
Con el marcador en contra y el ánimo herido, el Tenerife dispuso de una oportunidad de oro para igualar, pero Enric Gallego, en una acción inexplicable, erró a puerta vacía.
Los minutos posteriores estuvieron marcados por la ansiedad. Aunque Luismi Cruz logró anotar, su tanto fue anulado de manera correcta por fuera de juego previo. Sin embargo, la sensación de injusticia seguía creciendo en el Heliodoro.
La segunda mitad: desesperación y más polémicas
En la reanudación, el Tenerife mostró una imagen aún más desesperada. Cervera movió el banquillo buscando reacción, pero el daño ya estaba hecho.
El árbitro volvió a ser protagonista anulando otro gol, esta vez a Maikel Mesa, por una falta inexistente en un salto limpio dentro del área. Ni el VAR corrigió la decisión. El estadio respondió con una pañolada masiva, como pocas veces se ha visto en las últimas temporadas.
Un empate que sabe a muy poco
Enric Gallego maquilló la noche con el tanto del empate en el minuto 83 tras una buena jugada de Landázuri. Sin embargo, la reacción llegó tarde y de manera desordenada. El Tenerife lo intentó a base de empuje y corazón, pero sin claridad ni precisión.
A un paso del abismo
Este nuevo tropiezo, sazonado de polémica, deja al CD Tenerife al borde del descenso matemático. No solo pesan los errores propios: también una larga lista de decisiones arbitrales que han lastrado al equipo jornada tras jornada. El Heliodoro rugió de indignación y desamparo ante una temporada que agoniza de la peor forma posible.


