Pekín denuncia que la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense habría ejecutado un complejo ataque cibernético con fines de espionaje y sabotaje sobre la infraestructura que regula el horario oficial del país.
Soldecanarias.net / Redacciòn / Internacional
En un nuevo episodio de tensión tecnológica entre las dos mayores potencias del mundo, China ha acusado públicamente a Estados Unidos de haber orquestado un ciberataque de alto nivel contra su Centro Nacional de Servicios de Tiempo, entidad responsable de establecer y mantener el horario oficial del país.
Según autoridades chinas, el ataque habría sido llevado a cabo por una agencia de inteligencia estadounidense especializada en operaciones cibernéticas, con el objetivo de robar información clasificada y sabotear infraestructuras críticas. Esta institución se encarga de mantener el “Tiempo de Pekín” y proporciona servicios de sincronización temporal esenciales para sectores como las telecomunicaciones, la energía, la banca, el transporte y la defensa.
El ataque, que se habría desarrollado en múltiples fases desde 2022, incluyó el uso de herramientas de espionaje digital avanzadas. Las autoridades afirman haber detectado la explotación de vulnerabilidades en dispositivos de comunicación, seguida de una intrusión progresiva en los sistemas internos del centro. Las acciones habrían comprometido sistemas clave encargados de la generación y distribución del tiempo de alta precisión, lo que podría haber tenido repercusiones sistémicas a nivel nacional.
La parte china sostiene que ha recopilado pruebas técnicas consideradas “irrefutables”, aunque hasta el momento no ha hecho públicas dichas evidencias. Según los investigadores, los ciberatacantes utilizaron decenas de herramientas diseñadas específicamente para penetrar redes gubernamentales y alterar su funcionamiento sin ser detectados.
Este incidente plantea importantes interrogantes sobre la seguridad de las infraestructuras críticas en un contexto global cada vez más digitalizado y geopolíticamente polarizado. La sincronización temporal no es solo un asunto técnico: es fundamental para el funcionamiento coordinado de redes de comunicación, sistemas financieros, centrales eléctricas y operaciones militares. Cualquier alteración deliberada de este sistema podría provocar consecuencias en cadena, desde interrupciones en servicios hasta fallos en la seguridad nacional.
El caso también refleja el creciente uso del ciberespacio como campo de confrontación estratégica entre potencias. Mientras Estados Unidos suele acusar a China de ser una de las principales amenazas en el ámbito digital, esta denuncia invierte el relato y proyecta una imagen de China como víctima de una agresión tecnológica extranjera.
Más allá de las declaraciones oficiales, el incidente refuerza el debate internacional sobre la necesidad de establecer normas claras de comportamiento en el ciberespacio, proteger las infraestructuras esenciales y evitar que el conflicto digital derive en consecuencias físicas o diplomáticas más graves.
Por ahora, las repercusiones diplomáticas aún están por verse, pero está claro que este episodio intensificará las tensiones ya existentes entre Washington y Pekín, en un escenario donde la ciberseguridad se ha convertido en una pieza central de la competencia global.


