Entre los ocupantes de la precaria embarcación rescatada frente a Las Galletas se encontraba un menor y cinco mujeres. El cayuco fue escoltado hasta el puerto de Los Cristianos por Salvamento Marítimo.
Soldecanarias.net / Arona
El mar sigue siendo frontera y esperanza. A primera hora de este viernes, una embarcación precaria con 41 personas de origen subsahariano fue localizada a tres millas náuticas del sur de Tenerife, en las inmediaciones de Las Galletas. Entre los ocupantes del cayuco, cinco mujeres y un menor de edad.
El rescate fue coordinado por Salvamento Marítimo, que desplegó a la salvamar Alpheratz para escoltar con seguridad a los migrantes hasta el puerto de Los Cristianos. Allí les esperaban efectivos de Cruz Roja, Policía Nacional y servicios de emergencia, preparados para brindar atención básica, agua, alimentos y abrigo.
El cayuco fue detectado por el sistema de vigilancia SIVE de la Guardia Civil, un dispositivo tecnológico que ha permitido interceptar cientos de embarcaciones en los últimos años, pero que no alcanza a detener el flujo constante de quienes huyen del hambre, la violencia o la falta de oportunidades.
Aunque la travesía duró días, el viaje comenzó mucho antes: en aldeas remotas, en desiertos cruzados a pie, en redes de tráfico de personas que convierten la esperanza en mercancía. Muchos no lo logran. Cada rescate es una historia que termina bien… pero también es el recordatorio de un sistema que falla a diario.
El drama migratorio en Canarias sigue vivo, pese a que se haya normalizado en los titulares. Los números se repiten. Las miradas, no. Cada rostro que baja de un cayuco tiene un nombre, una familia, un pasado y, sobre todo, una decisión extrema tomada en el filo de la desesperación.
En un contexto de continuas tensiones políticas por la gestión de la migración irregular y la saturación de los recursos de acogida —especialmente para menores no acompañados—, este nuevo desembarco vuelve a poner sobre la mesa una realidad que no se resuelve con discursos ni aplazamientos.
Hoy fueron 41. Mañana podrían ser más. Porque mientras no cambie lo que empuja desde el sur, seguirá habiendo quienes se lancen al mar buscando un norte.
