Por Mohamed Jamil Derbah, presidente gerente del grupo de comunicación Sol de Canarias, asesor internacional y empresario turístico
Soldecanarias.net / Redacciòn
Las recientes tensiones políticas generadas en torno al rechazo del decreto ómnibus en el Congreso han puesto de manifiesto una preocupante desconexión entre la política estatal y las necesidades urgentes de nuestro Archipiélago. Las medidas que quedaron en el limbo como la gratuidad del transporte público y las ayudas para la reconstrucción de La Palma no son cuestiones menores; son pilares fundamentales que afectan directamente la calidad de vida de miles de canarios.
Sin embargo, más allá de señalar culpables o exacerbar diferencias, considero que es momento de apostar por el diálogo y el entendimiento entre todas las partes implicadas. Canarias, como región ultraperiférica, ya enfrenta desafíos significativos debido a su lejanía, insularidad y dependencia económica. Ante este panorama, permitir que nuestras necesidades queden atrapadas en luchas partidistas no solo es irresponsable, sino que constituye una falta de respeto hacia nuestra ciudadanía.
Diálogo, no confrontación
Como empresario turístico y asesor internacional, he aprendido que el desarrollo y el progreso solo son posibles cuando se trabaja desde la colaboración. Las crisis deben ser una oportunidad para unirnos, no para dividirnos. En este sentido, hago un llamamiento tanto al Gobierno central como a los partidos de la oposición a sentarse en la mesa del diálogo, dejando de lado intereses partidistas en favor de los intereses generales.
La gratuidad del transporte público ha sido un soplo de aire fresco para miles de familias que enfrentan las dificultades de la inflación y el encarecimiento de la vida. No se trata de un lujo, sino de una herramienta de cohesión social y sostenibilidad. Por otro lado, las ayudas a La Palma no pueden quedar en el aire. La “isla verde” necesita certezas, no más promesas rotas. Las familias afectadas por la erupción volcánica no pueden seguir siendo víctimas de la burocracia y el juego político.
Es hora de que todas las partes, desde los líderes nacionales hasta los representantes insulares, entiendan que el futuro de Canarias debe estar por encima de sus agendas electorales.
Una oportunidad para liderar
Canarias puede y debe convertirse en un ejemplo de cómo superar diferencias políticas en beneficio del bien común. Nuestro Archipiélago tiene todas las herramientas para demostrar que la cooperación entre instituciones es posible y que, cuando el objetivo es claro mejorar la calidad de vida de nuestra gente, no hay obstáculo insalvable.
El Gobierno central debe entender que las necesidades de Canarias no pueden quedar relegadas, mientras que las fuerzas políticas insulares deben trabajar desde la unidad para llevar nuestras demandas a la mesa de decisiones. No es momento de reproches, sino de acciones conjuntas.
Un llamamiento a la responsabilidad
Desde mi experiencia como asesor internacional, he visto cómo las divisiones internas pueden frenar el desarrollo de naciones enteras. No podemos permitir que algo similar ocurra aquí. El transporte gratuito, la reconstrucción de La Palma y otros temas esenciales no deben convertirse en moneda de cambio política.
Canarias, por su posición estratégica y su riqueza cultural y natural, es un puente entre continentes. Pero más allá de su geografía, debe ser un puente hacia el consenso. Invito a todos los actores implicados desde el Gobierno central hasta las fuerzas políticas canarias a construir juntos un modelo que priorice las soluciones y no los problemas, el diálogo y no la confrontación.
Hoy, más que nunca, Canarias necesita unidad, responsabilidad y visión de futuro. Es el momento de demostrar que somos capaces de trabajar juntos por el bienestar de nuestra gente, porque solo así podremos avanzar hacia un Archipiélago más próspero, inclusivo y justo.
Mohamed Jamil Derbah
Presidente gerente del grupo de comunicación Sol de Canarias
Asesor internacional y empresario turístico


