Un estudio recoge ideas como limitar visitantes, repensar la economía insular y dar voz directa a la ciudadanía ante la crisis ambiental y social.
Soldecanarias.net / Redacciòn
Un grupo de investigadores canarios ha logrado llevar el debate sobre el turismo masivo y la crisis ecosocial de Canarias al seno de una revista científica estatal tradicionalmente alineada con la defensa del turismo como motor económico. La publicación Estudios Turísticos, editada por el Instituto de Turismo de España, ha acogido un artículo que plantea, sin rodeos, la necesidad de repensar el modelo turístico del Archipiélago desde la lógica del decrecimiento justo y participativo.
El estudio, firmado por cuatro doctores en distintas disciplinas (Turismo, Biología y Geografía), parte de las conclusiones de unas jornadas celebradas en la Universidad de La Laguna entre octubre y noviembre de 2024. Bajo el título Turistificación, Decrecimiento y Democracia Participativa, aquellas sesiones reunieron a voces científicas, jurídicas y sociales en un foro plural que analizó la creciente insostenibilidad del modelo turístico de las islas.
Entre las principales propuestas recogidas por los autores se encuentran la regulación del alquiler vacacional, la creación de asambleas ciudadanas con poder vinculante, una tasa turística adaptada al impacto ambiental, y la necesidad de desacoplar el bienestar social del crecimiento económico basado en el consumo y la llegada constante de visitantes extranjeros.
“El turismo en Canarias ha alcanzado niveles de presión social y ecológica insostenibles”, afirman los autores. Y no es una afirmación lanzada al vacío: hacen referencia a la pérdida de biodiversidad, el agotamiento de los recursos hídricos, la contaminación derivada del transporte aéreo y marítimo, y la creciente gentrificación que expulsa a la población local de sus barrios, transformando hogares en activos financieros.
La publicación plantea que el decrecimiento no significa retroceso, sino un proceso planificado para reducir el metabolismo económico sin comprometer la justicia social. A ello se suma la idea de fortalecer el tejido comunitario a través de estructuras de democracia directa, como las asambleas ciudadanas deliberativas, donde personas elegidas por sorteo reciben formación especializada y debaten sobre las decisiones estratégicas del territorio.
Desde una mirada fenomenológica y hermenéutica más centrada en las vivencias y sentidos que en los datos estadísticos, el artículo también destaca el papel del activismo juvenil, el rol transformador de la universidad pública y las experiencias compartidas con movimientos similares en otras regiones del Estado y América Latina.
Los autores proponen medidas concretas: reducir la jornada laboral para favorecer modelos de vida más sostenibles, relocalizar la producción agroalimentaria, sustituir el monocultivo turístico por una economía más diversa, y establecer límites reales al crecimiento turístico, considerando la capacidad ecológica y social del territorio.
“Canarias no puede continuar creciendo como si no hubiera límites. Las islas pequeñas, como señala el IPCC, son especialmente vulnerables al cambio climático. Y ese riesgo ya no es una posibilidad futura: es una realidad presente”, sostiene Samuel Rodríguez, uno de los firmantes e integrante de Rebelión Científica.
La publicación de este artículo en una revista oficial del propio Ministerio de Turismo supone, para los autores, un punto de inflexión: no porque el Estado haya asumido el discurso, sino porque las movilizaciones sociales en Canarias, Baleares o Andalucía han obligado a replantear el relato único del turismo como solución universal.
“El sistema empieza a escuchar, aunque sea por presión. Pero el verdadero reto está en que esa escucha se traduzca en decisiones políticas valientes y participativas. La sociedad civil ya ha empezado a hablar claro”, concluyen.


