La decisión marca un giro en el conflicto sirio, mientras los rebeldes y grupos yihadistas consolidan su control sobre la capital.
Soldecanarias.net / Adeje
El expresidente sirio Bashar al Assad y su familia han llegado a Moscú bajo condición de asilados, según confirmaron fuentes del Kremlin a las agencias rusas Tass e Interfax. La partida de Al Assad de Damasco, tras la toma de la ciudad por rebeldes y yihadistas, pone fin a más de una década de conflicto en Siria, marcada por una brutal guerra civil y una intervención internacional con múltiples frentes y actores.
Asilo humanitario y mensaje político
Rusia ha otorgado el asilo “por motivos humanitarios”, destacando su compromiso histórico con la búsqueda de una solución política para el conflicto sirio. Esta medida no solo simboliza un acto de protección hacia su aliado, sino que también subraya la influencia de Moscú como actor clave en el escenario internacional y como mediador en la reconstrucción política de Siria.
Fuentes rusas indicaron que Al Assad busca una «transición pacífica» para Siria, un mensaje que el Ministerio de Exteriores ruso destacó en un comunicado. Sin embargo, los detalles de su salida de Damasco y las condiciones exactas de su asilo en Rusia permanecen en el ámbito de la especulación.
La caída de Damasco: un punto de inflexión
Horas antes de confirmarse su llegada a Moscú, la capital siria cayó en manos de una coalición de rebeldes y combatientes yihadistas. Este avance culmina años de desgaste para el régimen de Al Assad, que había perdido progresivamente el control de gran parte del territorio sirio. La conquista de Damasco representa un cambio estratégico significativo y reconfigura el equilibrio de poder en la región.
El comunicado emitido por la Presidencia siria horas antes de la evacuación aseguraba que Al Assad seguía desempeñando sus “tareas constitucionales” en Damasco. Sin embargo, las circunstancias obligaron a su salida en lo que muchos consideran una retirada negociada facilitada por Moscú.
El rol de Rusia en el conflicto sirio
Desde el inicio del conflicto en 2011, Rusia ha sido el principal aliado de Al Assad, interviniendo militarmente en 2015 para apuntalar al régimen en momentos críticos. Su apoyo fue crucial para evitar el colapso temprano del gobierno sirio, consolidar posiciones estratégicas y ejercer influencia sobre los procesos de paz liderados por la ONU.
El asilo de Al Assad es visto por analistas internacionales como una decisión que busca proteger su integridad personal y preservar la narrativa de Rusia como defensora de la estabilidad en Siria, incluso tras la caída del régimen.
Un futuro incierto para Siria
La caída de Damasco y el exilio de Al Assad abren un nuevo capítulo para Siria. El país enfrenta ahora un panorama fragmentado, con actores locales e internacionales luchando por imponer su visión del futuro. Mientras tanto, la población civil sigue sufriendo las devastadoras consecuencias de un conflicto que ha dejado cientos de miles de muertos y millones de desplazados.
La comunidad internacional se enfrenta al desafío de garantizar una transición política que evite un vacío de poder y promueva la reconciliación nacional. La salida de Al Assad, aunque simbólica, no elimina las complejidades inherentes a un conflicto que ha rediseñado las dinámicas de poder en Oriente Medio.


