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viernes, noviembre 14, 2025

Adiós al gas ruso: la Unión Europea enfrenta el fin del tránsito por Ucrania

El corte de suministro de gas marca una nueva etapa en las relaciones entre la UE y Rusia, con tensiones internas y desafíos energéticos para varios países miembros.

Soldecanarias.net / Internacional

Desde el 1 de enero de 2025, el gas ruso dejó de fluir hacia la Unión Europea a través de Ucrania, tras el vencimiento de un convenio de tránsito de cinco años. Este acuerdo, que había sido vital desde la disolución de la Unión Soviética, marca el final de una era de suministro barato de gas para los países del bloque europeo.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó que Ucrania no permitirá que Rusia siga obteniendo miles de millones de dólares «con nuestra sangre», haciendo referencia al conflicto bélico que desde 2022 ha marcado las relaciones entre los dos países. En su discurso, subrayó la importancia de no permitir que Moscú se beneficie de la situación mientras la guerra continúa.

En respuesta, el gobierno polaco calificó el corte como «otra victoria» frente a Rusia. Mientras tanto, la Comisión Europea aseguró que la UE estaba preparada para este cambio, destacando que la mayoría de los estados miembros no enfrentarían problemas de abastecimiento. Sin embargo, países como Moldavia, que no forma parte del bloque, ya han comenzado a experimentar escasez de gas.

Rusia, por su parte, sigue manteniendo rutas de suministro de gas hacia algunos países, como Hungría, Turquía y Serbia, a través del gasoducto TurkStream, que atraviesa el mar Negro. Sin embargo, la interrupción del tránsito a través de Ucrania significa una pérdida significativa para Moscú, que desde 1991 había dependido de estas rutas para exportar gas hacia Europa. El presidente Vladimir Putin declaró que el corte afectará más a los países de la UE que a Rusia.

Efectos inmediatos y estrategias de adaptación

Aunque los efectos inmediatos del corte han sido moderados, el impacto simbólico y estratégico es enorme. La Unión Europea ha reducido considerablemente su dependencia del gas ruso desde la invasión de Ucrania, con las importaciones cayendo del 40% en 2021 a menos del 10% en 2023. A pesar de esta disminución, varios países de Europa del Este aún dependen en gran medida de las importaciones rusas.

El gas sigue siendo crucial para naciones como Eslovaquia y Austria, que aún importan grandes cantidades de gas de Rusia. En este sentido, Eslovaquia, que es ahora uno de los principales puntos de entrada del gas ruso a la UE, ya ha advertido sobre los aumentos de precios que se avecinan. A su vez, el gobierno eslovaco ha manifestado que pagará más por las rutas alternativas de suministro.

Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia, indicó que el fin del acuerdo tendría consecuencias «drásticas» para la UE, pero no para Rusia. En respuesta, el presidente Zelensky acusó a Fico de ayudar indirectamente a Moscú al debilitar a Ucrania y contribuir a la financiación de la guerra.

Moldavia en crisis

El impacto del corte es especialmente grave para Moldavia, que no forma parte de la UE. Este país depende en gran medida del gas ruso para su suministro eléctrico, y la interrupción ha afectado tanto a la capital como a la región separatista de Transnistria, que recibe apoyo de Moscú. A partir del 1 de enero, Gazprom cortó el gas a Moldavia por no cumplir con sus obligaciones de pago, lo que ha provocado apagones y escasez de calefacción en varias zonas, con temperaturas bajo cero.

El gobierno moldavo ha reaccionado acusando a Rusia de usar la energía como un «arma política» para desestabilizar el país, particularmente de cara a las elecciones generales previstas para 2025. Además, la presidenta Maia Sandu ha instado a la comunidad internacional a aumentar su apoyo ante la crisis energética.

Alternativas y nuevas rutas de suministro

Ante la crisis energética, la Unión Europea ha buscado fuentes alternativas de gas, incluyendo el gas natural licuado (GNL) de Qatar y Estados Unidos, así como el gas transportado desde Noruega. Además, Polonia ha destacado su disposición a ayudar a Ucrania y otros países del este de Europa a encontrar rutas alternativas, como las conexiones desde Alemania, Polonia y una terminal de GNL en Croacia.

Radoslaw Sikorski, ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, destacó que estas nuevas rutas podrían permitir a Europa diversificar aún más su suministro y reducir la dependencia del gas ruso. Según Sikorski, «las rutas alternativas deben ser exploradas para evitar que Rusia siga ganando dinero a costa de la UE».

Conclusión

El fin del acuerdo de tránsito de gas por Ucrania marca un cambio radical en la relación energética entre Rusia y la Unión Europea. Mientras los países europeos se preparan para afrontar nuevos desafíos, como el aumento de precios y la escasez en algunos casos, la guerra en Ucrania sigue siendo un factor determinante en las decisiones de suministro energético. A medida que Europa busca alternativas y refuerza su infraestructura, la lección más importante parece ser la necesidad de reducir la dependencia de fuentes de energía de regímenes que usen estas materias primas como palanca geopolítica.

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